domingo, febrero 14, 2010
Oliverio Girondo (1891-1967), un espantapájaros al alcance de todos
Cuando uno lee a Girondo, tiene la impresión de que no hay razón para temer a las palabras; que todo se trata de un juego; que la profundidad de una frase y su sensibilidad pueden encontrarse en cualquier imagen cotidiana, por más absurda que parezca. Sus metáforas poseen la contundencia de un espejo y al mismo tiempo, la sencillez de un arroyo que simplemente deviene, corre.
Irónico, cínico, sarcástico, mordaz, romántico, bello, estético, vanguardista. Sus poesías y textos trascienden cualquier corriente: transformación constante sin rumbo fijo. No hay abismos, pues su poesía es el salto mismo. El ser en Girondo se vuelve un estar en gerundio, múltiple, conjugado en un presente alegórico continuo; dado, no sólo por la avidez de sus palabras, sino también por el juego que entabla con el espacio, escapando de esta forma a cualquier sentido unívoco y asfixiante. Nos abre un cielo sin horizontes y nos invoca a disfrutarlo. Reírnos de nosotros mismos, aún en esos lugares que evitamos recorrer.
En Espantapájaros (al alcance de todos), 1932, encontramos un Girondo cercando la vida desde un plano cotidiano, sensible, inmanente, sin ninguna intención de búsqueda de esencialismos transmundanos. Temas como la muerte, el sexo y la vida misma, unidos a la marca de su sello estético, escapan a cualquier forma convencional de abordarlos. Basta para esto zambullirnos en el poema 12 de Espantapájaros, donde tan brillantemente Girondo transforma el sexo en sexualidad erótica. Esa sucesión inacabada de verbos, tales como demudarse, atornillarse, masticarse, dislocarse (que tan brillantemente utiliza para hablar de ese encuentro erótico con el otro), vuelve de alguna forma corpóreo el mundo simbólico: destruyendo el ideal de amor moderno y su concomitante idea de propiedad privada; volviéndolo bajo sus palabras, un simple juego, una escultura móvil, un encuentro palpable con el cuerpo del otro, asombrosamente desplegado en esa sucesión de acciones. Sin dudas, el verbo es aquí, más que nunca, creación.
De igual forma, “no puede hablarse de la muerte, sin estar muerto”, esta es otra de sus propuestas. Aquí, su cinismo plagado de humor es llevado a tal extremo, que la muerte - hasta entonces misteriosa y garante de un más allá de bienaventurado, de paz y tranquilidad- deviene un más acá terrenal, una mera continuación de la vida cotidiana; donde los desencuentros, pesares, imperfecciones, molestias, alegrías, y la “infaltable parentela” parecen no poder escapar ni a la muerte y al mismo tiempo, todo se vuelve la mejor excusa para seguir quejándonos eternamente.
Sin embargo, el vuelo de su prosa nos abre paso hacia la reflexión más profunda sobre la vida y nuestra forma de habitarla; donde el juego del arte nos habilita a sobrevolar nuestro destino, dándonos la posibilidad de modificarlo o al menos reírnos en cada aleteo -aún del ave más desplumada-.
Quizás, la función más válida de este espantapájaros, y su propuesta más interesante, no radique en espantar, sino en hacer que los pájaros sigan volando por siempre, como su prosa.
Gracias Girondo, un placer leerte.
Agustina Saubidet
jueves, enero 21, 2010
Hilvanando incongruencias
Ok entendí. La cosa no era nada sencilla, eso lo sabíamos todos de antemano, es como ordenarse después de un gran desorden; como la casa que queda después de la fiesta, que parece otra casa; como un auto después de un viaje corto; como escribir forzando las palabras; como ese olor a perfume impregnado en un pañuelo hindú
Hay imágenes que pueden decirlo todo, yo prefiero el silencio, pero el silencio de la marcha…
Había varios métodos, matarlo, matarse, qué puede decirse sobre lo que no hay
Y ¿yo?, estos abecedarios me los sé de memoria
Por algo se dice: “tiempo loco”
Vaciarme de mí, hasta que no quede nada
Antaño era otro tiempo, más despacio, más lento,
bastante alejado de la inmediatez de los mensajes “de testo”
¿Puede añorarse acaso aquello que no conocimos?, exacto, una idiotez tan obvia; como decir: “quiero ser feliz” que es casi como una locura en el tiempo, como el viaje corto del pañuelo hindú, como el olor del desorden y la casa, la fiesta, lo que queda, aunque a veces uno sienta que no queda nada, ni la nata pegada a la cuchara.
Gute
miércoles, enero 20, 2010
jueves, enero 14, 2010
martes, enero 12, 2010
La política y la vida
No está bueno volver con vos para no sentirme solo; eso sería como votar al menos malo (¿viste?,ya nadie hace votos afirmativos) yo sí, hago votos afirmativos; y prefiero estar solo, a votar por el menos malo.
¡QUIERO VOTOS AFIRMATIVOS ! exclamó Miguel, después de haber ganado si primer candidatura (*1),
Agustina Saubidet
(*1) habiendo omitido esta afirmación hasta el momento de cierre de su campaña (todos aplaudieron igual), como lo ocurrido con el proyecto de privatizaciones de ya sabemos quien.
viernes, enero 08, 2010
La tormenta y su fin

Era cuestión de la noche, las luces de mercurio titilaban como semáforos intermitentes: se viene la tormenta- le dijo y la besó.
Biromes azules son comunes tintas rojas que rozan el viento; así se escriben las nubes en el tiempo y el cuerpo en tu metáfora.
Aquello que no dijo podría haber sorprendido a varios, pero por callarlo a la única que sorprendió fue a ella, quien esbozó una sonrisa, pensó en él hasta contar hasta 100. Lo olvidó.
Si el beso, la metáfora y el olvido tienen algo que ver en toda esta historieta, diré una sola cosa (Freud ya lo conocía 100 años antes) "llorar haciendo surcos, valles sobre mejillas insolentes, hinchando los labios hasta no verlos morados, tibios, vivos vinos".
Te amé una noche que fue tan larga y se transformó en vida.
Puedo escribir cualquier cosa, inclusive la palabra fin
Puedo escribir cualquier cosa, inclusive poner la palabra comienzo al final (tal vez) (y tal vez, al fin, la palabra restituiría la cosa o calcaría menos las cosas) aunque el origen esté perdido (y tu palabra, vamos...) y la palabra fin se haya vuelto infinita.
Gute, foto y texto, algún día del año viejo, que comienza, hoy, 2009 cuento para atrás para volver a cero y recomenzar.
jueves, enero 07, 2010
Pactos con la sonrisa
No mientas, siempre que aparezcas, la causa debe ameritarlo
Ya sé que cambias la forma de mis labios y también de mi vida
Y me gusta y no me molesta eso
Por eso te pido que me cuides y te cuides, sonrisa mía, de todo aquello que te borre
Gute
domingo, enero 03, 2010
Errante (errar errante, errante errar, huella que se entierra)

Me gusta la palabra errante porque encierra esa idea de vagar confundida, esa mirada perdida en le horizonte que nunca ve lo que busca; que no sabe lo que busca; pero sabe que lo que ve, es lo que no quiere.
El que yerra quema la vida con balas de goma, que nunca matan a nadie, pero tampoco tiran demasiado... El que yerra se arrepiente de lo andado cuando ve las suelas de sus zapatos desgastadas “al cuete”.
El ser errante no tiene miedo a la huida, ni siquiera a confundirse, tiene miedo de encontrar una razón para quedarse; una razón para dejar de errar por la vida; esa razón que desgaste sus pies hasta dejarlos sin sombra (y entonces vuele bailando descalzo).
Me gusta la palabra errante porque describe esa sensación de búsqueda perdida, donde las brújulas pierden el norte y entonces tampoco hay un sur de referencia; donde las tumbas no tienen nombre, ni hay flores, ni pájaros que me despierten; donde tu voz se escucha más fuerte, del otro lado de la puerta, como un eco imperfecto y entonces vuelvo a ver el horizonte, allá donde tus pasos han dejado las huellas perdidas de un andar incansable, como del que yerra; y ahí lo entiendo todo, o casi, o nada o tan sólo entiendo porque me gusta tanto la palabra errante: porque yerra en lo más cauto, preservando el deseo.
Texto y foto, Agustina Saubidet (Bourel)
jueves, diciembre 31, 2009
Desde la esquina del bar
Escribí algunas veces, cuando podía. Esas veces que podía, escribí. Todo surgía casi como un canto natural, hasta que llegaba una nota y paraba, pensaba en la emoción y paraba, como quien se para en una esquina y se fija que no haya un auto cerca, para que no te pisen. Paraba, en la esquina del margen izquierdo, paraba para pensar en la emoción, cerraba los ojos y recordaba imágenes que pudieran representarlas, imágenes extranjeras a mí; pero que de alguna manera habitaban de la misma forma, aquello que yo sentía querer decir.
Otras veces no escribí, me remitía a vivir las cosas con la impulsividad de un yo-yo, que se deja caer sabiendo que una mano con cuidado lo volvería a agarrar…mi vida en los momentos de yoyo era feliz, plenamente feliz, porque no pensaba demasiado, porque tenía una mano que me agarraba aunque cayera; entonces, vivía lo que tenía que vivir, probaba bebidas diferentes, recorría las calles sin tantas brújulas.
Hoy cuando escribo, algo me hace detenerme, y no es la emoción, tal vez es la falta de ellas y de la vida yoyo, ahora escribo y me detengo, en la otra esquina, fuera del margen, veo que viene un auto, cruzo la calle, veo a mi yoyo atropellado, lloro, me río, te lo merecías, y ahora escribo sobre eso: sobre mi yoyo atropellado, sobre mi canto detenido, escribo una y cien veces: “ no cruces la calle sin mirar si vienen autos”.
Foto y texto, Agustina Saubidet
Feliz año nuevo para todos, que el 2010 nos traiga muchas vidas yo-yo y que la paz nos toque a todos muy de cerca (paz es paz, no es detenimiento, ni muerte, ni silencio, ni sueño; paz, es PAZ, que eso que se llama paz, nos toque a todos, ese es mi deseo)
Gute
lunes, diciembre 28, 2009
viernes, diciembre 25, 2009
y otra vez Julito Cortazar con nosotros en estas fiestas
Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al
juntos, riendo, despeinados.
Julio Cortázar
martes, diciembre 22, 2009
Te regalo una luna- 22 de diciembre de 2002
Tengo la luna entre las manos
no sé bien qué hacer con ella.
Tal vez, vos que estás más cerca del cielo
y mucho más lejos de mí
atrapala,
quedatela,
y guardala bien
cuando nos veamos
la pintamos de violeta
y le hacemos una canción
ahora te dejo,
me voy a ver el mar
y con suerte a vos
y a luna también
(si las nubes no se empacan y se ponen celosas)
Beso en la frente.
G
u
t
e
domingo, diciembre 20, 2009
No a la explotación afectiva
He dicho,
Gute combativa
viernes, diciembre 18, 2009
Doblemente oxidado
podía sentir cómo todo el aire cansado del invierno,
del otoño, la primavera,
del año pasado,
cómo todo el aire todo,
con su agotamiento todo,
...TODO
expiraba sobre mí.
Leri.-
martes, diciembre 15, 2009
Saudades do Carnaval (a Patricia e Joao Mauro)
"Hay costumbres que llevamos a todos lados, piensa Hernán, como esto de mirar por la ventana y ver eso que pasa, hasta que llega el café humeante, solidario con ese estado del cuerpo, de su cabeza, ese estado que no llega a poder definir…Saudade, tal vez. Maldita no traducción de algunos estados en otras lenguas: saudade no es nostalgia; el bar se llama nostalgia, aunque podría llamarse saudade y sólo algunos pocos entenderían, piensa Hernán y piensa también en escribir eso y componer una canción".1
Povo2
o carnaval nasceu
pra bater no coração das pessoas
mas o batida feita
é a batida da terra,
não dos homens.
Pueblo (traducción)
El carnaval nació
para latir en el corazón de las personas
pero el latido hecho
es el latido de la tierra
no de los hombres.
Texto1: fragmento de una novela corta que aun no tiene nombre, ainda nao.
Texto2: Povo, poemareflexivo sobre el carnaval salido de la manga hace unos instantes, bien bien inmanente el tema.
Foto tomada este domingo pasado en San Telmo, Buenos Aires, Argentina.
domingo, diciembre 13, 2009
Deseo
Una palabra que me lleve a ese inacabable grito perpetuo
Una vida para embriagarnos de llenos
Mil momentos para no despertar
Nunca dejar de soñarte...
Leri.-
viernes, diciembre 11, 2009
BUIKA en el Gran Rex
Es de remarcar, la Gran labor del pianista (Ivan "Melón" Lewis), el contrabajista (Danny Noel) y el percusionista (Fernando Favier) que supieron darle un contexto itinerante, al desborde fundacional de la voz de Buika.
Como no podía ser de otra manera, mi camara me acompañó desde la fila 9 Asiento D14 y BUIKA, infaltable se sumó a la propuesta y sacó fotos de los músicos mientras transcurrían y trascendían sus respectivos solos.
Sigo AFIRMANDO que en vivo es un millón de veces mejor.
Si se enteran por ahí de su presencia, no dejen de irla a ver con una recomendación: llevar pañuelos descartables, para aquellas almitas que aplauden con lágrimas; y claro, para los que gusten, una cámara de fotos.
Agustina Saubidet
Foto Agustina Saubidet
PD: ¡tante grazie Nippur por su aviso del show!
jueves, diciembre 10, 2009
miércoles, diciembre 09, 2009
Otro Gran programa de Cazadores de tornados: resonancias
Aún no termino; pero mandé por el chat de una radio.com.ar este anticipo; bueno, ahora lo comparto con ustedes! Aquí el anticipo, no sé por qué pensé en Ebelino.
Te tocó,
Niño candilcito
la tormenta
Un mapa al revés
Payaso en las trincheras
Ojos en la muralla
Te tocó
La canción
La profecía
El secreto
Contraseñas cicatrices
Inmenso corazón de trapo
Agarrate al milagro de barro
A las alas,
Al beso sin final
Al edén en retirada
te traigo
todo un mundo
mundo que envejece por cambiar
Otro milagro
Otro rincón
Clandestina gota
Poesías de serpientes y chacal
En el medio
nacer los abrazos
a los golpes en el mar
Una latitud sin hogar
Una furia
lunes, diciembre 07, 2009
El cuadro de la abuela
Llueve y mis plantas se mojan, mis canteros, mis baldosas (ojalá no mi piso flotante, porque intuyo que no sólo va flotar, sino a levitar)
-Me llamaron por teléfono, parece que se quemó el patio de la abuela – alcance a decirle a papá.
Yo me voy para allá. Cuando tenga novedades te llamo.
- Llevate el piloto.
No sé si hice bien en contarle lo de la abuela, aunque tenía que saberlo.
Hay policías por todos lados, me preguntan quién soy, contesto que la nieta de la dueña. Me explican que se incendió la panadería de al lado y que las plantas del patio se prendieron fuego, que si no hubiera sido por la lluvia…
No entiendo nada. Me hacen preguntas: que hace cuánto estaba deshabitada. No sé, desde que murió la abuela.
Decido recorrerla. Me siento como cuando iba a festejar mi cumpleaños; pero mi abuela ya no está, pienso.
Quiero encontrarlo, que no se haya quemado todo; busco el cuadro con su retrato, no lo encuentro. Voy al pasillo, un corredor eterno con una alfombra marrón de plástico despegado. Nunca entendí porque no dejaban que el parquet se luciera. Busco el cuadro en otra pared, entro en todas las habitaciones. Vuelvo a recorrer el pasillo, ese que de chica me parecía interminable y hoy, lo siento más breve, algo así como las vacaciones de invierno que ya no tengo.
Vuelvo al living. Le pregunto al policía si vieron el cuadro de la abuela (ese que le pintó su hermano Juan, cuando mi abuela era joven, una mujer que no conocí).
Mamá siempre me dice que hay que buscar las cosas por los lugares lógicos y que cuando eso se acaba…
Voy al baño. Encuentro el cuadro en la bañadera. La ducha está abierta, el cuadro todo mojado, quiero cerrar la canilla, gira en falso. ¿Qué hago? Cierro la puerta del baño, me desvisto. El jean no me pasa por los zapatos, lo empujo con fuerza hacia abajo. Sale. Agarro el banquito de metal del baño que está abajo del lavatorio, tan oxidado como el de la cocina. Lo pongo adentro de la ducha, me subo al banquito oxidado, intento enroscar el pantalón para que el agua deje de salir.
Durante unos segundos parece haber bajado su caudal, pero sigue cayendo agua. Me saco la blusa, se me rompe un botón que rueda hasta la rejilla y cae.
El pantalón explota y pega contra cuadro. Enrosco con fuerza la blusa, la aprieto como si fuera un marinero desesperado. No sé hacer nudos.
Empiezo a transpirar por las manos, la frente, una gota pasa por entre mis pechos, los pega.
Tocan la puerta.
-¿Señorita, está bien?
No contesté. Me miro. Estoy mojada y con la ropa interior toda húmeda.
El cuadro empieza a flotar, choca con el banquito, lo empuja, se resbala, no llego a saltar.
-¿Señorita, está bien?
-Sí- grité.
Miro la bañadera, el cuadro se desarma con el banquito, mi ropa interior está mojada, me veo caída, el lienzo flota en la bañadera hasta cubrir mi pecho, mi rimel corrido se mezcla con el agua desteñida en millones de cuadros, el banquito a mis pies, mis pies que tocan el metal de la canilla, juego con la canilla, como cuando mi abuela me enjuagaba el pelo con sus manos y derramaba con sutil delicadeza agua tibia sobre mi pelo, supe ser la princesa…
El rostro de mi abuela se derramaba por la rejilla.
Me siento una princesa, soy una princesa, eterna princesa.
Llueve y mucho y sin parar y llueve, y me gusta, y no me cansa (hay cosas que se repiten y no me cansan; otras se repiten dos veces y ya me cansaron, y no me refiero a esa música que me gusta y que puedo escucharla infinidad de veces).
Agustina Saubidet Bourel
domingo, diciembre 06, 2009
Recuperar la voz: El loco de la colina The Beatles
No creas lo que ves, soy algo mucho más pequeñito, casi imperceptible. Ya sé que para conseguir luz hay que moverse mucho, por eso yo me muevo mucho y por eso la gente cree que tengo mucha luz, o que soy algo raro, excesivamente incomprensible; y en realidad, soy algo mucha más pequeñito, como una linterna en un encendedor, intermitente que ilumina escenarios de carton.
No creas lo que ves, soy algo mucho más pequeñito, es más te diría que con un solo puño podés agarrarme, como si fuera una luciérnaga, con un solo puño. Eso sí, si me ofrecés las dos manos voy a estar mucho más cómoda, porque de noche me muevo mucho y aunque soy imperceptible para vos, para mí, tanto movimiento mío, me molesta; aunque nadie lo vea, y menos lo crea.
Así que vos no creas mucho lo que ves, es algo así, pero todo al revés, digo es cuando creo que río (crear y reír, no es creer y reír) y entonces soy, es como hoy, que me encontré feliz cantando en la calle, sin saber bien por qué había vuelto a cantar.
Agustina Saubidet o Gute o comoquier a s
sábado, diciembre 05, 2009
Antesala
Nada puedo decir de tus manos, porque a veces, sólo a veces, las encuentre tan ásperas que en vez de acariciarme, me raspen desgarrándome mañana, por anticipado. Nada puedo decir de tus manos porque alguna vez escribí cuánto me gustaban tus manos ásperas, que hoy son suaves y entonces qué podría decir. Nada puedo decir de tus manos ásperas porque “a veces“ no es suficiente para iniciar una oración, mucho menos una sentencia.
Y entonces observo ese silencio que precede el grito. Donde me siento amordazada.
Lo analizo.
Porque no quiero pronunciarlo, darle una vida errante, equivocada.
No quiero anticipar un mañana doliente, mañana lógico, mañana yo.
No quiero anticipar un mañana sin tus manos, aunque a veces se tornen ásperas, aunque no te pueda decir con certeza porqué sí, porqué no.
En mi mordaza albergo las lágrimas que rodaran por mis mejillas la noche anterior, esa noche que se repite desde hace más de 10 años.
Tal vez sea mi momento para verme solita (que no es lo mismo que solitaria).
viernes, diciembre 04, 2009
Ebelino y sus teoría ambulantes
Sobre la plaza principal, en frente la Iglesia, colocaba todos los días una sábana doblada en cuatro y encima de la sábana, vaciaba el contenido del bolso y lo ordenaba como si fuera un abanico de regalos (siempre para otros).
Ese oficio lo fue aprendiendo desde los 7 años, cuando se quedó definitivamente solo. Al principio se limitaba a ver lo que los otros hacían, cómo lo hacían, qué vendían. Y así Ebelino vio pasar hippies, artesanos, modas, juguetitos chinos inservibles que los padres compraban en general los domingos a la salida de la iglesia, para hacer callar a sus hijos, hasta que empezara la función de títeres.
Ahora, Ebelino tenía 15 años y ya no sólo miraba, sino que iba comprando y vendiendo diferentes cosas, probando las modas de turno (en general no se equivocaba). Tampoco ahora estaba tan sólo porque la tenía a Marta, una joven peluquera que oficiaba las veces de madre, hermana, amante, amiga, cocinera y maestra.
En la plaza de los pueblos, siempre pasan cosas, muchas, no sólo chucherías.
Al pie del monumento central, siempre estaba el loco Cañete, típico loco de los pueblos pequeños, un personaje ya histórico, que estuvo mucho antes que Ebelino y seguramente también lo sobrevivirá, porque así es la locura, eterna.
Cañete no vendía nada, sólo hablaba a grito pelado sobre las profecías de Nostradamus, eso sí, siempre parado arriba de su banquito. Parecía que nadie lo escuchaba, que nadie lo veía, pero Ebelino sí. Siempre escuchaba atentamente sus relatos e iba anotando en su libreta algunas frases que el Loco Cañete decía. Así fue, como el joven vendedor de ambuleterías, llegó a la conclusión de que el fin del mundo había ocurrido muchas veces, mismo antes de que el naciera; que no había una fecha exacta para que la humanidad desapareciera; que el fin del mundo era para cada uno, un día.
Para Ebelino, el fin del mundo iba a llegar el día que se comprara un auto, no tanto por el fin del mundo, sí tal vez para conquistarlo. Mientras tanto seguiría yendo a comer a lo de Marta, y a besarla otras tantas; seguiría yendo todos los días a la plaza con su jean gastado (y la remera limpia que tenga) a vender chucherías, a escuchar a Cañete, y tener siempre a mano su libreta y un paraguas grande, casi como una sombrilla, no vaya a ser que se venga el diluvio - pensaba Ebelino- y se me mojen las cosas y entonces no pueda comprar el auto y no llegue mi fin de mundo (ese mundo que Ebelino pareció nunca haber elegido).
Agustina Saubidet
jueves, diciembre 03, 2009
El placer de recuperar el salto
Faltan unos días para el aniversario de tu muerte, nunca hay nada que festejar en esa fecha, esa puta fecha que desearía borrarla del calendario. Nunca pude escribirte nada de esto, te escribí sí un millón de cartas que nunca publiqué, ni compartí con nadie, porque eran sólo para vos, aunque nunca las pudieras leer. Yo sé que vos debés saber ya todo o lo supiste, mientras estuviste vivo; y ese es mi mayor consuelo, siempre entendiste mis miedos, mis respetos, mi distancia; nunca quisiste cambiarme y me ayudabas a descubrirme con cada detalle que rescatabas de mis gestos; y eso también lo extraño mucho, como eso de que las piedras miran todo y que cuando las tocabas sentías que era como tocar la historia y que eso te hacía acordar a mí y a esa distancia que aún sigo poniendo con el mundo, gracias a mis anteojos. La verdad que con tu muerte nunca pude hacer demasiado, más que añorar tus palabras y tu sensibilidad, dejándome con la certeza de creer que el sentimiento puro se fue con vos, y fue una macana seguir viviendo mirando siempre para atrás, frente a cada nuevo desencuentro y ver la historia que no fue, por miedo, un miedo que me resultó mucho más pesado después de tu muerte. Te fuiste demasiado pronto, con tus treinta y tres, jóvenes 33; y me dejaste con tantas cosas para decirte. Así que preferí regalarte una poesía que escribí hace mucho.
Quise que la foto que acompañara esta poesía fuera la del post anterior. De alguna manera, esa bella imagen me hizo acordar a esta poesía que sentí, tenía que estar cerca de esa foto y también separada, por los años y las cosas, porque para saltar siempre tiene que haber una distancia que permita inaugurar el salto. Recién ahora, siete años después de tu partida, entiendo que la capacidad del salto, no se fue con vos, que sigue intacta, entre el 2002 y ahora y siempre, y se salta, cuando nos animamos a sortear los miedos. Ya no se trata de tu muerte; se trata sí, del más acá de mis miedos y me deja más tranquila que ya no tenga que ver con vos. Claro, después de tu muerte aprendí a perdonar a mis miedos; no así, a tu muerte. A tu muerte, no la voy a perdonar nunca; pero ya no está bueno usarla de excusa para no saltar. Te dejo libre y me libero, ojalá que dónde estés, estés saltando y yo te prometo que cada vez que salte, me voy a acordar de sacarme los anteojos.
La Joie
On partage la nuit, la pluie, la tristesse
On ne trace l´abîme que de l´oublie, comme l´envers de ta main
lignes nomades, sans chemin prévu, sans rides.
sans points…sans chagrins
La chemise vide quitte le corps froid
La bouche est sans mots,
les mots sont sans toi
La main devient pied,
Je perds la mesure des pas
Je saute
El placer (siempre se pierde algo en la traducción, tenía razón Derrida, pero también se gana en voz y estoy casi segura que esto Derrida también lo sabía)
Compartimos la noche, la lluvia, la tristeza
No trazamos el abismo más que del olvido, como el revés de tu mano
líneas nómades, sin camino previsto, sin arrugas
sin puntos, sin lamentos
La camisa vacía deja el cuerpo frío
La boca es sin palabras
Las palabras son sin vos
La mano se transforma en pié
Pierdo la mesura de los pasos
Salto.
Agustina Saubidet
A-lado: el salto
Sábado a la noche. Noche de amigos, conocidos, teatro, festivales, charlas y fotos. Salimos de la cueva sin pretensiones de conquistar al mundo.
Sobre la terraza, vemos una sombra (todos la vemos, pero Andy y yo también la pensamos).
-Es un conejo- me dice Andy
-Sí, es un conejo- comento asombrada- Es un conejo
Pasamos la sombra, nos damos vuelva, volvemos sobre el mismo punto; pero ya no es el mismo.
-No, no era un conejo- le digo a Andy- Era una planta.
Conclusión de la noche:
El lado B de la planta, es un conejo
¿cuál es tu lado b?
Gute narra aneda.
Picture Andy, last saturday (linda noche, lindo disparo, eso que no se ve)
PD:
-En la galera hay un conejo
-No, hay una planta (y pincha)
El lobo
miércoles, diciembre 02, 2009
¿por qué estamos tan separados?
martes, diciembre 01, 2009
Cartas de amor sin findes de lucro
Vamos, esto no tiene que ver con el amor, el amor llega mucho después. Con suerte – dijo Manuel la primera vez que se conocieron mientras apoyaba su mano derecha sobre el pecho izquierdo de Inés. Y tenía razón y ambos lo sabían ya de memoria (no por tener la misma edad, ni la misma cantidad de pelo; sino por leer casi los mismos libros y bailar las mismas canciones, cansados de los mismos cansancios). Ambos lo sabían; pero el secreto para volverse a ver era que ninguno de los dos lo dijera.
“Nunca en un primer encuentro hay que hablar de amor”, piensa Inés, el amor viene mucho después: es verlo dormir, escribirle una carta manuscrita y enviársela por correo argentino; es verlo enfermo y abrazar su fiebre hasta volverla sexo; es mirar su andar desprolijo y amarlo igual. Eso es el amor y mucho más también.
El amor no está nunca en el primer encuentro y aún cuando, en esas raras ocasiones, se atisba un asomo de amor, en general si eso pasa, ese amor nuevo, pequeñito se transforma enseguida en miedo viejo. Por eso ambos sabían que la primera vez, nunca se trata de amor y esto, aunque se sepa de memoria, nunca hay que decirlo.
Tiempo después hablé con Inés, le pregunté por Manuel, me dijo que no lo había vuelto a ver, y ahí entendí que hay veces que no es bueno saber demasiado algunas cosas, porque saberlas nos reafirma en la memoria agrandando el desencuentro y la lista de los porquenós. El saber de memoria, nunca nos eyecta hacia el futuro incierto de la rutina no inaugurada (y quizás esto tampoco quiebre el transcurso de la historia, digo, animarnos al futuro incierto; pero al menos, pienso, nos permite escribir la historia en los márgenes, donde todo es otra historia, donde parece haber menos miedos, o al menos eso creo, no sé).
Me quedó una duda, ¿qué hacía la mano derecha de Manuel en el pecho izquierdo de Inés? Rien d’amour. Rien de rien?
Gute
Bonus track del post Fernando Pessoa, Diálogo en el jardín del palacio - El Privilegio de los Caminos
“B. [el Hombre]
¿Valdrá la pena amar lo que podemos tener? Amar es querer y no tener. Amar es no tener. Lo que tenemos, lo tenemos, no lo amamos.
A. [la Mujer]
¡Y si nos amáramos a pesar de todo !
B. [el Hombre]
No, ahora, no se puede más. Nosotros descubrimos en un instante lo que la gente feliz no descubre en toda su vida, lo que la gente infeliz sólo descubre después de mucho tiempo. Descubrimos que somos dos, y que por eso no nos podemos amar ni tampoco imaginar que se ame.
A. [la Mujer]
¡Pero yo te amo tanto, tanto! Si decís eso, es porque no te podés imaginar cuánto te amo.
B. [el Hombre]
No, es porque yo sé cuánto no me podés amar... Escuchame. Nuestro error fue pensar en el amor. Sólo hubiéramos tenido que pensar al otro. Así nos hemos revelado, descubiertos de la ilusión para ver bien cómo éramos, y vimos que éramos apenas como una ilusión. Al fin, no somos nada más que Dos. Al fin, somos una epopeya eterna - el Hombre y la Mujer...
A. [la Mujer]
¡Oh, mi amor! ¡No pensemos más, no pensemos más! Amémonos sin pensar. ¡Maldito sea el pensamiento! Si no pensáramos, seríamos siempre felices... ¡El que ama no necesita saber que ama, ni pensar el amor, ni lo que es el amor!”
lunes, noviembre 30, 2009
Sin luna.txt por Goyo que firma como "Goyeneche"
La misma celda
que me dio la mía familia
me la di yo mismo
al otro lado del monte
de la familia.
fue como cruzar
una mudanza completa
de lado a lado
esperando llegar a destino
con otros objetos.
si miro mis pies
y mis manos,
veo la evidencia de que son iguales
la causa
y la consecuencia
hoy yo he movido
hacia mi nueva trinchera
los mismos escudos
y las mismas armas
huecas.
divideré mi cuerpo
algún bendito día
entre mi yo-amigo
y mi yo-enemigo acediándome
pero quedará un lobo.
será para mí algo muy difícil
y espero que comprendan
mi queja como aullido
de aquel lobo
en el medio del monte
que no saba hacia
qué lado bajar
después del llanto
y de haber despertado
a tantos desconocidos.
Goyo, el que firma "Goyeneche" 28 de noviembre de 2009 (o al menos eso dice el papel) http://www.insignificadis.blogspot.com/
PD: En el medio del festejo del primer año de Nulú Bonsai Editora de arte, formato música + lectura de poesía + imágenes de películas, una poesía cayó (calló) en mis manos. Prometí publicarla en el blog, como agradecimiento. Os dejo
Gute
domingo, noviembre 29, 2009
Texto colectivo- Fin de la travesía 2009
La facultad es una travesia para crear. La elección del discurso puede generar enfermedad en una multiplicidad de personas que piden por su libertad. Quino toma mate mientras el discurso de Latinoamérica está en ruptura con occidente. El crear es el primer ladrillo del juego para dejar de ser un mito.La enfermedad es una lectura de la persona. La travesía de cuestionar cultura La música es el hogar libertad. El discurso, de columnas y ladrillos La facultad un viaje a la apertura Crea lectura es ruptura y multiplicidad La elección del viaje es cuestionar el hogar Cuestionar un discurso permite la apertura a un nuevo viaje Pensar el chamamé viajar a mi cultura, abrir el juego de-venir a la facultad La música y el fútbol Libertad que oriente el curso del devenir Elección de pensar más El discurso de la multiplicidad ruptura de la lectura
Es el contexto de la facultad dentro del curso se juega a crear en
una hoja un discurso
Se viaja hasta VILLA FIORITO para tomar mate, jugar al fútbol con personas
agua
de contextos distintos
La Alfabetización se DA muchas veces en personas sin hogar
La travesía de oriente produce cambios en la facultad de crear
La ruptura del discurso de Quino crea columnas de multiplicidad
Pensar LA CULTURA como apertura el juego
Elecciones, oportunidad para cuestionar discursos Para producir cambios hay que cuestionar la cultura, abrir el juego a la multiplicidad La música como una puerta a la apertura, un viaje, una travesía hacia la libertad El discurso de ruptura rompe contexto permite replantear multiplicidad de lecturas (que formaban ladrillos y que permite viajar, hACER travesías, JuGaR, cuestionar, viajar a oriente permite pensar. Apertura un devenir constante hacia la libertad del pensar Disfruto pensar, crear y producir en la facultad, tomar mate y conocer personas
La cultura de Latinoamércica vive en el rincón del mito.
Mi viaje al Borda, siempre mate con agua
La música curso libertad e la travesía
En el rincón De oRIente es otra la lectura, pensar es un juego. Abrimos la puerta y nos fuimos de viaje a crear. Autores de ruptura dan una lectura, es cuestionar, pensar, crear; en el hospital Borda, eso es enfermedad Viaje por agua, a un rincón de Villa Fiorito
La travesía de la elección, es un ladrillo en la vida El discurso de la facultad es un viaje a un rincón
La libertad del juego crea una puerta
MÁS AGUA PARA EL MATE
Lectura de Quino produce una travesía
Latinoamérica = puerta a la travesía
La multiplicidad es libertad
Pensar y crear, para el cambio
Más viaje y mate es libertad
La música del mito abre la puerta a Latinoamérica
Producir la enfermedad como juego ES crear personas
La ruptura de las columnas cuestiona la hoja que deviene agua
La elección de un hogar, un rincón del contexto
Música de chamamé, dEVENIR latinoamericano
El mate en Latinoamérica hace travesía de hogar en las personas, más allá de la alfabetización, el pensar y le contexto. Es la puerta de entrada y quizás ruptura en la ladrillería y/o columnas del discurso de cada uno, cual el curso y viaje del agua en un río. Entonces, abandonémonos al juego creando
Del futbol multiplicidad en libertad y corrientes. Quito mate, porque el ladrillo le pateó el contexto
Agua que entra por la puerta de viaje
Oriente de travesía por el rincón de Latinoamérica
Libertad de pensar y crear. Apertura hacia la multiplicidad
Devenir de mate y chamamé
Futbol y música, elección de la cultura
Facultad de viaja por el agua
Ser un ladrillo, es una elección, como también pensar crear abre puerta es conocer un viaje en la facultad puede haber libertad apertura se puede cuestionar y sería una travesía a la multiplicidad.
La música, el futbol son columnas de la cultura
Producir alfabetización es un viaja a la apertura
Latinoamérica es la puerta al agua
En el Borda se produce un juego de la libertad
Tacho tacho tacho
Los cambios en el contexto cambian el curso de la travesía
El devenir es una elección en juego
La ruptura de las CO LUMNAS devienen en multiplicidad
-¡Más mate!
El crear es al pensar como la multiplicidad es al discurso
Negación a la enfermedad en la facultad
Tacho
TACHO
Tacho
Un rincón del H. Borda donde hubo hogar
Asterisco
22 personas pensando, creando.
Ultimo día de cursada, docente propone juego, texto colectivo de produce, a partir de palabras en tizas de pizarrón que donamos a cambio de más palabras que devienen frases singularmente colectivas, entonces anónimas (como un mito).
Docente feliz, homenajea alumnos. Fin de cuatrimestre, felices fiestas y sobre todo, felices viajes, lecturas, producciones y azares
Brindo por nosotros, esos 22, que fuimos deviniendo.
Agustina Saubidet
PD: quien se anime cualquier día, en cualquier momento, juegue con las palabras, cree frases, saque, agregue, tache, subraye, puede subirse al colectivo, la puerta siempre está abierta.
jueves, noviembre 26, 2009
Goteras (relatos mínimos)
Un día, le toqué el timbre y le pedí que no me regalara más goteras.
A partir de ahí, el silencio volvió a reinar en mi cuarto y el tiempo, se volvió de nuevo desmedido.
Ahí entendí que las goteras de alguna manera contaban el tiempo y el silencio se quedaba callado, por miedo quizás a entrar fuera de tiempo.
No sé que prefiero: si contar esto o contar las gotas aunque ya no existan.
Gute (texto dedicado a Girondo y su poema Espera "rítmicas goteras")
miércoles, noviembre 25, 2009
Cortazar hablando sobre el cuento y la fotografía
"La novela y el cuento se dejan comparar analógicamente con el cine y la fotografía, en la medida en que una película es en principio un "orden abierto", novelesco, mientras que una fotografía lograda presupone una ceñida limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. No sé si ustedes han oído hablar de su arte a un fotógrafo profesional; a mí siempre me ha sorprendido el que se exprese tal como podría hacerlo un cuentista en muchos aspectos. Fotógrafos de la calidad de un Cartier-Bresson o de un Brasai definen su arte como una aparente paradoja: la de recortar un fragmento de la realidad, fijándole determinados límites, pero de manera tal que ese recorte actúe como una explosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una visión dinámica que trasciende espiritualmente el campo abarcado por la cámara. Mientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales, acumulativos, que no excluyen, por supuesto, una síntesis que dé el "clímax" de la obra, en una fotografía o en un cuento de gran calidad se procede inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solamente valgan por sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucha más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento. Un escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out." Julio Cortazar
Agradezco a Marcelo Guerrieri, quien tan generosamente ayer en el programa Cazadores de Tornados conducido por Cristina Estrella, nos hizo conocer este maravilloso texto.
Gracias Marce, y gracias Cristo por la invitación de ayer, la verdad muy buen programa, al menos yo me divertí mucho.
Gute