domingo, septiembre 29, 2013

Cada vez que los cuerpos acuden a la cita el cosmos estornuda alegría*



Existencias que se agitan al avistar cabezas gachas marchando al matadero. Existencias que, sabiendo que quizá no haya lenguaje ni abrazo que pueda responder a tanta muerte anticipada, a esa acumulación incipiente de cadáveres postergados, aún así, intentan pensar lo imposible, intentan pensar cómos (cosmos en su ritornelo).
Pensar es preguntarse por el cómo
¿Cómo te cuento todo esto, cómo?
Cómo mantener un vínculo con una idea o un proyecto sin que ello devenga sinónimo de sacrificio religioso.
La inquietud de la interrogación no es la paranoia del interrogatorio

Si somos pensados por la idea de que un lazo es una atadura que inmoviliza, ¿cómo contraer entonces un compromiso sin contraerse, sin estrecharse?, pero a la vez sin caer en el par opuesto y reactivo de la labilidad y la fluidez impotente
Por eso en plástica como en música las figuras más jodidas son las no figurativas
Arduo de alcanzar… Miro

El problema surge cuando olvidamos que la creencia fue una creación, desde la perplejidad, desde la incertidumbre, desde el dolor, desde la alegría /y del terror a la oscuridad también.
 ¿por qué desentendernos del problema del lenguaje y de su expresión obligada, la lengua, aquel objeto en el que se inscribe el poder desde toda eternidad humana?
La inquietud de la interrogación no es la paranoia del interrogatorio
¡Lenguaje perverso polimorfo! -denuncian estas existencias que saben de la fuerza de las palabras; que saben que al decir te quiero mucho, por alguna astucia del lenguaje, el mucho quita la fuerza del te quiero.
El amor no tiene por qué ser una excepción, no debe dejarse por fuera de la lucha.

Estas sensibles existencias no saben sólo de devenires alegres. Como todos, también se pierden en sus soledades, en sus copitas de coñac, en la música de la piel, en Paris, en donde parece que ahora Cortazar inventó el amor…
Habrá que mirar de más cerca la mayoría de nuestras elecciones, nuestros microfascinos que resuenan con los del torturador. TERROR DE CUEVA: Horacio empieza a volverse detestable y la maga es, a esta altura del partido, un disfraz injusto. ¿Acaso nadie recuerda a Talita o a Pola?
 “Pola es muy hermosa, lo sé por los ojos con que me miraba Horacio cuando volvía de estar con ella, volvía como un fósforo cuando se lo prende y le crece de golpe todo el pelo, apenas dura un segundo, pero es maravilloso, una especie de chirrido, un olor a fósforo muy fuerte y esa llama enorme que después se estropea. Él volvía así y era porque Pola lo llenaba de hermosura.”
Porque no se trata de La Maga, o de Talita o de Pola, no se trata tampoco de LA madre. Se trata de la serie de formas, de modos, en el que el amor se reinventa; y se destruye, también.
Mientras tanto, en el teatro del oprimido, en ciudad oculta, los niños ven reír a sus madres y ríen ellos también…
¡qué triste ha sido la dictadura para los cuerpos argentos!
-¡Hay que hacer público ese dolor privado! - grita el movimiento del pensar que recorre la obra.
-¡Esto no funciona, ché!, ¡¿acaso no se dan cuenta?! – dicen, ya casi enojados, frente a  esa posición lábil,  impotente, resentida, miedosa que llena los bancos de dinero… y ahí van al matadero: zombies sin cuerpos
Gritan los más alegres: -¡Habrá entonces que alterar las formaciones dominantes para que la manada acontezca, para que el pueblo devenga comunidad a lo Spinoza! -cual si fuera fideos a la bolognesa hechos con lo que sobró de ayer, pero sin fideos.

Y no es sin otros.

¿Existirá en alguna gramática algo así como la novena persona del singular-plural?
La inquietud de la interrogación no es la paranoia del interrogatorio.
¿Cómo te cuento todo esto?,  ¿cómo?
Entonces, quiero que me cuenten otra vez la historia, pero en tartamudo, en tartamudo dj universal.

SI el logos es un enorme animal; y el pathos es un vegetal hecho de partes tabicadas, no es por esto que se los diferencia; sino por su modo de actuar, por su cómo a partir de lo que se hace con eso que se tiene, que se posee también en su potencialidad: un cuerpo, un cuerpo también se reinventa.
El logos nos encierra en el uno; el pathos interconecta lo imposible (a simple tartamudez).
Urge reinventarnos, buscar otras palabras en que los cuerpos inquietos se cruzan. Temblar.
Cuerpos indóciles, prestos a dejarse interferir.

¿Cómo inventarnos otra sensibilidad?
¿qué cuerpo inventar para abrazar el cosquilleo que sentimos al acentuar la última sílaba?
La inquietud de la interrogación no es la paranoia del interrogatorio

NO utilices el pensamiento para fundamentar a una práctica política en la verdad, ni utilices la acción política para desacreditar, como mera especulación, una línea de pensamiento. Utilizá la práctica política como un intensificador del pensamiento, y el análisis como multiplicador de las formas y dominios para la intervención de la acción política:
Lo política: práctica que desgarra el orden clausurado del sentido.

Micropolítica como intento, como movimiento, como maquinación… derribar los modos en donde el deseo se derrama, produce y reproduce lo social, ahí donde lo colectivo parece denegado.
Entonces micropolítica como potencia emancipadora de lo cotidiano: Pavlovsky resiste como “Lema”, como “Camino”.

Preguntarse por el modo parece una pregunta más bien por el estar con otros; sin que el otro pique tanto, sino más bien el otro como condición de la alegría.
El Jazz sin dudas dice algo de este movimiento.
Jazz narrador araña, maquina incorpórea, ecosistema incorporal, como objeto sujeto del deseo.
El jazz nació a partir de una catástrofe: de la esclavitud del pueblo negro, a partir de los ritornelos más residuales de esta subjetividad negra, que se mezclan con una conjunción de ritmos y líneas melódicas, que se potencia con el imaginario religioso africanos, sumando a otro tipo de socialización, y también gracias al encuentro con la música folclórica blanca -nos recuerda Guattari.
Esto es la recomposición de territorios existenciales subjetivos. 
El jazz no sólo afirma la subjetividad de resistencia de parte de los negros, sino que abrió líneas nuevas de conexiones enriqueciendo la música a nivel “universal”.  Así La Música, rock jazz, debe ser tomada como objeto sujeto que permite salir al niño de la trampa de Edipo, de ese encierro muerto.
La música genera una torcedura, un cambio de direccionalidad o quizás de conectividad, tal vez; o al menos es una posibilidad.

Un cuerpo es un puente, arrugado, arrojado, travestido, asfaltado, bisexual, alcoholizado, tieso, negro, chico, grande, agitado, blanco, transpirado, enrojecido, transgenizado, ahumado, aburrido, transversalizado cruzando un puente bailando. Cruzando un cuerpo (uno no, unos varios).

Si la expresión está oprimida, ¿cómo abrir espacios para des oprimirla?
La inquietud de la interrogación no es la paranoia del interrogatorio

Un trabajo con la potencia presente, implica imaginar un espacio que no deje por fuera la realidad que viven los participantes; pero al mismo tiempo un trabajo con la potencia presente implica a introducir el afuera en ella y con esto aparición de fuerzas creadoras (o al menos es UN deseo).
¡Qué el después se esté siendo, que se sienta antes de SER!
“…las risas tomaban el espacio y contagiaban una alegría que nos invadía a todos, los niños venían reír a sus madres y ellos reían también…”
La voluntad de poder es sensibilidad de lo sensible, la invención de otra manera de sentir. Mientras nos contentamos con criticar lo falso, no hacemos daño a nadie. Hay que criticar las formas verdaderas (mejorar la distribución del capital no cambia su forma de SER, hay que cambiar la forma, la forma de producir).
La pregunta no es quien se sienta en el sillón de la toma de decisiones, la pregunta es quien necesita que exista un sillón.
Siempre hacemos el amor con mundos, a veces mudos, narradores que no tienen órganos, cuerpos desnudos indiferenciados: hacer el amor es ya una narración de la locura.
Y sí, la vida es un garabato. Algo nace y eso es niño en tanto que desconocido, en tanto que vivo. El origen así va, de silencio en silencio y a veces de boca en boca también, transversales niños.

Me acuerdo que mi amiga donadora me dice que el libro no es para andar leyéndolo solo. Convoca a otros, otras lecturas y otros lectores: no en sucesivo sino en simultáneo
En el libro de Manuel, Cortazar nos dice que un puente es un hombre cruzando un puente.
Eterno retorno al juego que propone la rayuela.
“Amor mío, no te quiero por vos ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me lleve a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta tu amor (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente, porque un puente no se sostiene de un solo lado.”
No hay puentes sin cruzadores, como no hay el amor sin los amantes. No hay La Estética, hay los modos.
¿Qué es lo absoluto? Pregunta nada ingenua de la Maga, a lo que Oliveira contesta.
Viene a ser ese momento en que algo logra su máxima profundidad, su máximo alcance, su máximo sentido y deja por completo de ser interesante.
No se trata de reemplazar un sentido por otro, sino deshacerse de él.

ES una pena que la vida quede dividida en dos partes.
Edipo esconde toda una serie dispersa de objetos y potencialidades, niega por sobre todo, una relación diferente y posible con el afuera. ¿Por qué pensar naturaleza y cultura por separado y no pensarlas en simultáneo, unidad dinámica que no puede de reducirse a uno?
Ese es el efecto afectivo del AndiEdipo en nosotros y con esto la posibilidad de creación de otra forma. OBJETOSUJETOTODOJUNTO y con esto cambia la pregunta, al menos en su direccionalidad.
Ya no debemos preguntarnos por el ser sino por el haber, tan despotentizado verbo de la lengua castellana que sólo usa su forma bajo el vestido de lo impersonal o como mero auxiliar de otras acciones (y esto pasa en el siglo XVI cuando verbo haber es reemplazado por el tener).

¿Habrá vida antes de la muerte?
La inquietud de la interrogación no es la paranoia del interrogatorio, es tal vez la transversalidad de la pregunta; que lejos de ingenua, cuestiona la forma, inventando al mismo tiempo sus propias formas de hacer con lo dicho.




*Modo de esxritura: texto armado para la presentación de la revista Transversalesfue realizado a partir de retazos de cada uno de los artículos, todos mezclados, editados, reinterpretados + guattari youtube+ cortázar + y algunas frases propias. Gracias al colectivo transversales.
Agustina Saubidet

martes, septiembre 03, 2013

Creo, a lo Grisel