miércoles, julio 29, 2009

Intimas Verdades 4: mi diente manchado

Nací con un diente manchado, o mejor dicho, cuando nacieron mis dientes definitivos, sobre la paleta derecha o izquierda, (no sé bien cuál, porque no me veo y en el espejo todo es al revés) apareció una mancha. El dentista me dijo que podía ser falta de calcio al momento de su nacimiento. Yo no sé muy bien la causa, sólo sé que tengo un diente manchado.
Nunca me había molestado tenerlo hasta que un día, mi sobrina mayor, cuando era chiquita (hoy tiene 15), me dijo: ¿qué tenés en el diente? Mi cuñado le dijo que esas cosas no se preguntaban (calculo que como no se le pregunta a un manco por la ausencia de su mano o a un torturador por su ausencia de sensibilidad). Ahí me di cuenta que la mancha de mi diente se había vuelto un defecto (aunque depende para quién).
Hay quien nunca han hablado de mi diente; hay quien se ha enamorado de mi diente manchado; hay quien ha dicho que en mi diente contengo un pedacito de marfil (de todas las opciones ésta es la que más me gusta); claro, hay también a quien, en un primer momento, le molestaba mi diente manchado y cuando ya no pudo verlo más, comenzó a extrañarlo.
Cuando aparecieron las cámaras digitales, gracias a su gran nitidez de colores y la inmediatez captadora de momentos, mi diente manchado pasó a ser siempre el centro de la escena (aunque fuera una foto grupal). A partir de ahí, mi diente manchado comenzó a tornarse insoportable: casi no tengo fotos mías y en las pocas que tengo, rara vez sonrío. No me gusta mi diente manchado, por eso lo oculto, porque uno oculta lo que no le gusta, como mi diente.
Hace unos años fui al dentista, dispuesta a sacarme mi mancha. Cuando me explicó todo el proceso para sacarlo me dio mucha tristeza. ¿Qué sería de mi boca sin el diente manchado? He convivido con esa mancha desde los 6 años; es ya casi como un lunar, como algo que siento demasiado propio como para limarlo y olvidarme.
Hay veces que me gustaría que todas las cosas que me causan dolor fueran a parar al diente manchado; que en esa cajita de marfil se encerraran todas mis tristezas…entonces, me resultaría mucho más fácil vivir, porque ya he aprendido a convivir con mi diente manchado y no tan bien aun, con mis grandes dolores.

Gute y su diente manchado


lunes, julio 27, 2009

Mandíbulas (condición erótica) fragmento

"Hace poco, me di cuenta de que una de las cosas que más me atraen de los hombres son sus mandíbulas; y cuando digo mandíbulas, me refiero a aquellos rostros con mandíbulas marcadas, angulosas: rectangulares, agudas, obtusas y rectas (claro, cómo no iba a enamorarme de él si al principio fue tan recto, luego tan agudo y finalmente tan obtuso)
Pero "no es una mandíbula mi corazón" y esos ángulos, cuando uno los corta, pueden volverse dagas; y de eso también me di cuenta -aunque pensándolo bien, las dagas también pueden atravesar los recuerdos, hasta matarlos, como una foto instantánea-."



Agustina Saubidet (Gute)


Versión abreviada de un relato más extenso, editada para Bizoma



Cuando (poema de Alfredo Avelin)

Casi como una resonancia automática llegó el viernes a mis manos un señalador que me prestó mi amigo el Gato de Quilmes que contenía esta poesía que se llama "Cuando..." (resonancias, Mauri, Leri..la dignidad lo es todo o casi....)

Cuando
te golpeen con fuerza de injusticia
y furor de intolerancia

Cuando
te aprieten el alma
con la cuerda de la injuria

Cuando
te hieran el corazón
con la maldad de la soberbia

Cuando
sientas el mundo de la arrogancia
sobre tus espaldas de hombre bueno

Recién
Recién entonces
Saca el escudo gigante de tu dignidad
y arrollarás con:
la injusticia
la intolerancia
la injuria
la traición
y la arrogancia

Habrá triunfado la grandeza de tu humildad y
la cuna fecunda que
alimentó la dignidad de tu vida

Alfredo Avelin

Te quiero Mauri, mucho. ¡Qué lindo puente tendiste Lerinha!
A la distancia,
Gute

sábado, julio 25, 2009

La vocecita de Pepe Grillo (by Mauri)

Niños no jueguen con fuego si les da miedo el ardor. No se vale escribir cosas lindas, poemas y pensamientos, si no acompañan las palabras con acciones. No olviden a los fariseos. Tampoco crean que algo es para siempre, porque siempre y nunca son conceptos que nos sobrepasan. No apuesten contra el tiempo, porque el tiempo siempre gana. No crean que porque se les rompe el corazón ya no pueden vivir, ni crean que una sola persona puede ser el centro del universo. No prolonguen las tristezas más allá del momento de reconstrucción. La tristeza perpetua es un desperdicio de vida. Todo momento es buen momento para recomenzar. No es correcto rogar. Esfuércense hasta los límites que impone la dignidad, ir más allá no es lindo. Nadie que consideren especial les debe resultar nocivo. Y si les bofetean una mejilla, lo mejor es ignorar, tomar las maletas e irse, total... el mundo está lleno de gente.


Mauricio
http://mobtomas.wordpress.com/




Leri says: Una cita que encontré de gran valor, independientemente del profundo afecto que el escritor me merece.
Igual suena a esas cosas que uno se dice a sí mismo (sobre todo en estado de enojo), pero que siempre es más fácil decir que llevar a cabo, ¿cierto?

jueves, julio 23, 2009

Preguntas que inauguran la retórica


Dónde hay oxigeno puro

inyectable
que alivie todo eso que no alcanzo a limpiar con una escoba
Dónde está el centro de este laberinto
atómico (lleno de partículas de vos)
que no conducen a ningún lado
Dónde está el nudo de la garganta
ese que las palabras no liberan
y donde la alegría quedó detenida
Dónde está ese estribillo
encantado
que inauguraba la palabra salida sin un cartel de emergencia
¿dónde estoy yo?
¿dónde me dejé?
cómo hago para pedirte que me ayudes a encontrarme
si mi voz ya no tiene fuerza
ni para emitir silencios


Agustina Saubidet

PD inmanente: re editadam Cristo me acaba de contar sobre una frase que leyó en un bañó en Moró, la frase decía lo siguiente: "en el amor verdadero, no hay corazones rotos" (por suerte todo es una ficción)

miércoles, julio 22, 2009

Fanatismos, héroes e ídolos (puras máscaras de carnaval)

Odio los fanatismos (bah la idealización “al cuete” que le dicen) Bueno, tampoco la ODIO, me causa más bien molestia. Los podios también me molestan, porque son altos y me duele el cuello después (el fanatismo te hace doler el cuello). El fanatismo también, te reseca las manos cuando uno ya aplaude por costumbre, y se pasa el día entero aplaudiendo las giladas ajenas de aquellos que hemos olvidado, son personas comunes y corrientes o hechos poco trascendentales.

Los ídolos con los años se vuelven de pacotilla, de cotillón, de carnaval carioca y uno ya ni sabe por qué anda haciendo el trencito, bailando con sombreros raros y maracas con formas de fruta que después de la fiesta uno no sabe dónde meterlas y termina tirándolas en alguna mudanza dentro de una bolsa de consorcio, junto con alguna carta vieja de la primaria que ni recuerda al remitente (o mejor dicho lo que es hoy el remitente y su destinatario, uno).

Los héroes, también, son medio complicados, sobre todo cuando caen. La relación con el héroe es siempre unidireccional: es uno el que soporta al héroe, es uno el que juzga su acto como heroico (y en realidad puede tratarse de una idiotez) y sin uno, el héroe no existe (bueno, no es tan así, siempre hay otros dispuestos a “soportarlo”).

Uno termina sabiendo más de la vida del héroe que de la propia. Se fascina leyendo su biografía autorizada -porque ni admitimos la des autorizada- o escuchando sus grandes hazañas pasadas (en el mejor de los casos, presentes). Pero al héroe no le importa la vida de sus “supporteurs” (hinchas), le importa un rábano lo que le pasa a aquel hincha que lo soporta, sólo le importa la mirada del otro puesta en él (a eso se resume cualquier acto del héroe, puro acto narcisista que sin el aplauso no vale ni para tomarse un bondi).

¡Ah! pero cuando el héroe cae, uno prefiere verlos medio de lejos, hasta te producen vergüenza ajena (en algunos casos hasta asco, lo confieso). Uno se muerde los labios y dicen, “ya no, éste no es mi héroe”.

Cuando un héroe se cae, se cae todo.

Por eso prefiero a los amigos saltando en una cama elástica de circo, todos juntos saltando, bajando, chocando; siempre a diferentes alturas, siempre en diferentes direcciones.

Ojo que esto, no va por los amigos (principio de la negación freudiana)


Agustina Saubidet


PD inmanente: son las cinco de la mañana, me desperté, parece que ya no quiero vivir más el sueño de otros y digan lo que digan me encanta tener un millón de amigos esparcidos por el mundo. Son como miguitas de pan que me permiten encontrar el camino para volver a casa, cuando me pierdo (eso sí, nunca me pegan fuerte ni me dicen Roberto Carlos).

Me voy a comprar puchos. ¡Qué frío que hace en Buenos Aires! (Musicalización Buika New afro spanish generation)

martes, julio 21, 2009

El dolor y los límites del entendimiento

Las reiteraciones son como la base de una canción cuyos rasgos podemos reencontrar en todas las melodías de un mismo género.
(Trip hop. Funky, House, Drum & Bass...).

Ante la repetición de mi problema, traté de estudiar la más completa biblioteca de reiteraciones, la más exhaustiva tipificación de géneros, en la búsqueda de un consuelo.
Pero no.
Que las reiteraciones se compartan no hace que duelan menos.

Y entender el dolor no sirve para un carajo...
al menos no mientras duele.



Leri.-

lunes, julio 20, 2009

A mis amigos del alma (y a Ud., mi cozomática, especialmente)




Imagino su amistad como la belleza indescriptible que emana, cual ópera silenciosa, del atardecer,
(tan inexplicable como sencilla al entendimiento).

Leri.-

sábado, julio 18, 2009

Mal Truco

"sobre todo cuando en una partida uno corta y el otro da de abajo y al final decide irse al mazo, sin hacer ninguna seña al compañero..."


Gute Saubidet

jueves, julio 16, 2009

A veces: 5 minutos

A veces 5 minutos son 5 minutos y por mucho que uno quisiera extenderse sobre ello, no habría mucho que elaborar a partir del paso de tan breve lapso de tiempo.
Pero ese día no. Para él, 5 minutos significaron perderse el último ómnibus, 5 minutos fueron más una hora y 30 cuadras que lo habitual, agregados a un trayecto no demasiado amable, en un día ya agotador...

Y sin embargo,
feliz hora y 30 minutos,
feliz trayecto,
feliz no lugar donde albergar los tiritones de ese beso que coronara sus 5 minutos de más.


Leri.-

martes, julio 14, 2009

A veces: Entretiempos (el tiempo no planeado sera deseado?)

A veces se levantaba generoso y jugaba a regalarnos entretiempos. Entonces y sin previo aviso, osaba dejarnos tecnológicamente incomunicados, cortar la luz, la señal telefónica (preferentemente en pleno día del amigo), o cualquier otro medio, canal o herramienta tecnológica sin la cual sintiéramos que no podíamos continuar con nuestro día conforme a lo planeado. A veces el juego era más simple, y se remitía a una demora en una cola, sala de espera, línea de tren o bondi, o en un banco. A una cita cancelada demasiado tarde, a un vuelo demorado en alguna tierra más o menos lejana.

Frecuentemente acababa por sentirse desilusionado, cual maestro ciruela, de lo que pasaba cuando realizaba su ofrenda de entretiempos.

Con la mirada perdida en el horizonte, confiesa haberse encontrado con muy pocos que sintieran su ofrenda como una bendición, un espacio para ser ellos mismos fuera del sentido del tiempo oficial y establecido, una oportunidad para entender que el tiempo es relativo y que a veces, todo puede esperar.
-“La pregunta es si estos pocos justifican la insistencia en un juego que parece sólo entretener al que lo alimenta” –afirma, al tiempo que se cuestiona a cuántos hombres les gustará jugar entretiempos.



Leri.-

Sin WI-FI

lunes, julio 13, 2009

Tourner la page (et perdre)

Algo quedó atrás, algo informulable, que no sé con exactitud de qué se trata, algo de política, algo de un sueño, algo de frío, algo que ya no vuelve.

Algo como un padre, como una lista de supermercado, como una botella vacía con nicotina adentro, como un caracol vacío. algo que ya no sirve, algo que no hacía bien, algo que de todas maneras por más que insistiera ya no iba a volver, un aro, un mal trago…, …algo quedó atrás no sé con exactitud qué.


Gute

miércoles, julio 08, 2009

Bajo la copa de vino… a Javier Guillermo Romero un gran escritor

El bar ya estaba enmudecido de aplausos. Ahora disfruta el placer de tocar sólo para él, sin desear más manos que las suyas sobre esas teclas amarillas y negras. Tenue atmósfera de jazz impregnada de perfume de parejas, de noche de amigos, de testigos de silencios, cómplices, como los vasos vacíos que de a poco se van limpiando sobre el mostrador de la barra hasta que el barman elija cual será el próximo afortunado: “¿por dónde empezar?”
- “¡Tócala de nuevo Sam!”- grita desde el mostrador el barman con su sonrisita de “côté”, repasador enganchado en el bolsillo izquierdo- ¡Una que sepamos todos!”
El músico sonríe la victoria de contar con la libertad de elegir.
Entre unas mesas del fondo y la niebla del tabaco ya quemado, una joven se aproxima. La luz de la barra por un momento irrumpe en su andar, marcando su silueta: el barman alcanza a verla, el músico no… ella se acerca sigilosa al escenario, midiendo cada uno de sus pasos, como si cada uno cayera en el compás correcto, luego de un silencio de negra.
Se sienta en la mesa más próxima a la columna: no esperaba ser musa, pretendía simplemente estar escondida entre aquellos acordes, acariciada por esa brisa de nostalgia justa, de vida deseosa y urgida de ser vivida, vivida a tiempo, degustada como un buen vino.
El músico mira al barman: -“¿Te quedó algo de Chateau Vieux?”
El barman vuelve a sonreírle de “coté”. Deja el trapo húmedo, pero aún tibio sobre el mostrador y se acerca a darle su última copa.
- “Tome, pero no deje de tocar”- dijo el barman. Esa maldita costumbre de no tutearlo sabía más a envidia que a respeto. Así se miraron durante un instante, hasta que el barman recordó porque estaba ahí y comenzó a acomodar las sillas. El músico tomó un trago de vino, lo apoyó sobre el borde del piano, junto al cenicero de vidrio opaco donde descansaba su último cigarrillo…
De repente un otoñal sonido de acordes se asoma en el vacío de aquella madrugada y “las hojas muertas” comienzan a caer caducando aún más la noche.
Ella llora sonriente odiando la elección del músico. El barman la ve y pretende ofrecerle consuelo con otro trago (lo único que podía ofrecerle a esa altura de la noche un barman, aunque su deseo era descansar entre sus piernas por primera vez, sabiendo que sería la única).
Ella dice -“Gracias, no quiero tomar más”.
El barman vuelve a sacudir las cenizas y las cáscaras de maní que yacen olvidadas en la mesa (fiel reflejo de lo que queda de una noche de diversión de otros, “como todas las noches” piensa el barman). Las tira con bronca y descuido, las deja caer, las empuja con el repasador que ahora cuelga de su mano…y quedan ahí, cenizas y cáscaras, esparcidas por el suelo, recuerdos ya olvidados de lo que queda cada noche de su cuerpo, sólo eso, pedazos de cáscaras vacías, tragos sin terminar, colillas impregnadas de nicotina: cenizas de fuego que ya no quema…
-“Estamos por cerrar”- le dice el barman resignado a no tenerla y sabe que sólo es eso, un barman, un cuerpo de ceniza.
Ella se apresura a secarse el rostro. El rimel ha dibujado el sendero de lágrimas que lo ha recorrido, la huella del brutal encuentro con ella misma que sabe que jamás volverá a ser para ella primavera.
Toma rápido su saco gris y envuelve sus hombros con el perfume de noches pasadas.
Cierra la puerta del bar queriéndose olvidar de su trago, de la galantería absurda del barman, del misterio de las manos del pianista, de las “hojas muertas” envueltas en millones de acordes de otoño.
Llueve. Es de madrugada de invierno porteño que huele el asfalto. Las luces ridículas de la avenida encendida luchan en vano contra la oscuridad de los cuerpos que garúan por eternas soledades, por felicidades efímeras, por siluetas olvidadas, por cuerpos de ceniza, como el del barman, el del pianista, el de ella.
Para las hojas muertas, jamás llega la primavera.

Agustina Saubidet Bourel (texto original La copa de vino año 2000, reeditado 2009)

PD: mi hermana acaba de pasarme una versión hermosísima que hizo Iggy Pop de "les Feuilles Mortes" pueden buscarla por youtube...no es jazz pero es increíble (tenías razón hermanilla, el clarinete final es sublime)

"Les feuilles mortes" (Las hojas muertas letra J. Prévert- música J. Kosma)

Oh! je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours heureux où nous étions amis.
En ce temps-là la vie était plus belle,
Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle.
Tu vois, je n'ai pas oublié...
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
Les souvenirs et les regrets aussi
Et le vent du nord les emporte
Dans la nuit froide de l'oubli.
Tu vois, je n'ai pas oublié
La chanson que tu me chantais.

C'est une chanson qui nous ressemble.
Toi, tu m'aimais et je t'aimais
Et nous vivions tous deux ensemble,
Toi qui m'aimais, moi qui t'aimais.
Mais la vie sépare ceux qui s'aiment,
Tout doucement, sans faire de bruit
Et la mer efface sur le sable
Les pas des amants désunis.

lunes, julio 06, 2009

Llueve en Buenos Aires

Llueve y mucho y sin parar y llueve y me gusta y no me cansa (hay cosas que se repiten y no me cansan; otras se repiten dos veces y ya me cansaron, y no me refiero a esa música que me gusta y que puedo escucharla infinidad de veces).

Llueve y mis plantas se mojan, mis canteros, mis baldosas (ojalá no mi piso flotante porque intuyo que no sólo va a flotar sino a levitar)

Amo la lluvia, salvo cuando me moja el cigarrillo; me encanta que me moje el pelo, que me empape y sentir que la beso cuando algunas gotas queden detenidas en mis labios, eso me enamora (pero para eso tiene que llover mucho).

Me encanta dormir con la lluvia, abrazada a la almohada mirando hacia la ventana; o escucharla desde el living y verla caer tirada en el sillón, como ahora cuando veo como la lluvia ilumina mis baldosas…la lluvia ilumina todo, incluso esas cosas de la vida que no pueden mojarse, como mi piso ¡qué cagada que no te hayas bancado la lluvia! De bronca nomás te tiraría un balde lleno de arena y agua sobre tu piso flotante (con mucha más agua que arena) y me iría levitando por el cielo, mojando mis labios con la lluvia....y sonreiría feliz por la lluvia y también por arruinarte tu piso flotante.


Gute

PD: Sing for you- Tracy Chapman "Recuerdo que hubo un tiempo que solía cantar para vos" "...me hice cargo de tu luz..."

viernes, julio 03, 2009

Pasional: a cualquier cosa que uno ame


Cuando uno ama con ausencia de medida (que no es lo mismo que amar de manera desmesurada), cuando uno se entrega incondicionalmente y confía y se equivoca, el dolor también carece de medida…y es tan grande ese dolor que cabe compararlo con un dolor de muelas, una fractura expuesta, un dedo martillado; duele tanto como la paliza después del reto, del robo, del secuestro. En fin, un dolor con todas las letras. Uno quisiera golpear con fuerza la pared para derribarla; pero no hay pared a la cual confiar el golpe.

Este dolor que siento es algo así como todo eso junto, pero adentro…
“A lo incómodo se responde andando”, diría Enrico… ¿será hora de tomarme un respiro y de armar la valija? Tal vez sino la cierro de buenas, con un golpe bien dado, pueda cerrarla de malas y despacharla sin destino (digo, a la maleta).


Agustina Saubidet (Bourel)



PD: en el bolso de mano voy a llevar un libro (“los latidos del mundo”) que me regalaron cuatro singulares personas a las que he aprendido a apreciar y mucho, entre tantos otros muchos. Gracias Juliana, Ignacio, Matías y Juan Pablo, sus palabras son un gran consuelo y hacen que mi lugar no esté tan vacío, ni sea tan en vano. Bueno también gracias a María José, a Gonzalo, Nadia, Elba, Eduardo, Paula, Camila, Daniela 1, Daniela 2 y tres y cuatro y cinco y 3.33 que nunca da 10, pero casi.

miércoles, julio 01, 2009

Bajo una tímida sonrisa, pienso...

Y si la noche se resumiera a esto, a un montón de palabras, de acentos, de signos de puntuación…y fuera también una copa de vino en la mesita de luz, un mate lavado, un cúmulo de poros abiertos que no se ven, por donde el pasado se exala (sin hache porque la hache es sordomuda, nadie piensa en la h, salvo la noche). Y si fuera también esas fotos que veo, eso que no escribo, eso en lo que pienso; si la noche fuera también un acolchado limpio, con olor a limpio, sábanas suaves, teléfonos mudos, plantas, verde, playamaroceano …ojalá la noche sea todo esto y mucho más también… en realidad no es ojalá + subjuntivo, vamos che, la noche es "las mil y una noches y yo (sonriendo también)" (...)

Saubidet Agustina