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jueves, diciembre 31, 2009

Desde la esquina del bar

Desde la ventana de un bar, se escribe, mientras se ve pasar eso que pasa...


Escribí algunas veces, cuando podía. Esas veces que podía, escribí. Todo surgía casi como un canto natural, hasta que llegaba una nota y paraba, pensaba en la emoción y paraba, como quien se para en una esquina y se fija que no haya un auto cerca, para que no te pisen. Paraba, en la esquina del margen izquierdo, paraba para pensar en la emoción, cerraba los ojos y recordaba imágenes que pudieran representarlas, imágenes extranjeras a mí; pero que de alguna manera habitaban de la misma forma, aquello que yo sentía querer decir.

Otras veces no escribí, me remitía a vivir las cosas con la impulsividad de un yo-yo, que se deja caer sabiendo que una mano con cuidado lo volvería a agarrar…mi vida en los momentos de yoyo era feliz, plenamente feliz, porque no pensaba demasiado, porque tenía una mano que me agarraba aunque cayera; entonces, vivía lo que tenía que vivir, probaba bebidas diferentes, recorría las calles sin tantas brújulas.

Hoy cuando escribo, algo me hace detenerme, y no es la emoción, tal vez es la falta de ellas y de la vida yoyo, ahora escribo y me detengo, en la otra esquina, fuera del margen, veo que viene un auto, cruzo la calle, veo a mi yoyo atropellado, lloro, me río, te lo merecías, y ahora escribo sobre eso: sobre mi yoyo atropellado, sobre mi canto detenido, escribo una y cien veces: “ no cruces la calle sin mirar si vienen autos”.


Foto y texto, Agustina Saubidet


Feliz año nuevo para todos, que el 2010 nos traiga muchas vidas yo-yo y que la paz nos toque a todos muy de cerca (paz es paz, no es detenimiento, ni muerte, ni silencio, ni sueño; paz, es PAZ, que eso que se llama paz, nos toque a todos, ese es mi deseo)


Gute

viernes, octubre 23, 2009

En el recreo de un cuento, pienso...(estados de escritura)

La noche permite atrapar las emociones en estado más puro, poco solemne; por eso suelo escribir de noche, cuando el teléfono suena menos y el msn está casi dormido; esas noches donde el mate se olvida con mayor premura y calentar la pava se vuelve un recreo para pensar en eso, en la necesidad de un recreo para luego volver; donde los cigarrillos se consumen sobre el cenicero y apenas los toco...
Escribo de noche porque ahí me permito ser menos anónima y más auténtica conmigo, como si la noche y yo nos llevaramos tan bien que podríamos pasar toda la noche juntas.
Escribir de noche es manejar las intensidades sin manejarlas, detenerlas cuando están a punto de desbordarme, y entonces escribo, para acotarlas y continuar escribiendo hasta perderme sin rumbo otra vez; hasta llegar al puerto a tiempo, a tiempo para escribir la palabra fin, de madrugada, casi, como un despertador que suena para entonces sí, entregarme al sueño ya de madrugada, casi, como una reescritura neófita de un pasado de una noche que ya no regresa y continúa sólo en sueños.
Amo escribir, amo esas noches de escritura, no sé si se nota, no sé si se entiende, no sé si lo entiendo, por las dudas lo digo, para que se sepa, para que se entienda, por eso escribo, para que se sepa que amo escribir de noche, porque amo la noche, y la escritura y podría pasarme toda la noche escribiendo sobre esto y aún así, jamás entendería qué encuentro raro se produce ahí, de noche, yo, el teclado, la escritura, los mates, los puchos que no toco, la escritura y la noche, un libro abierto, una puerta sin casa, de noche...la escritura

Agustina Saubidet

jueves, marzo 12, 2009

Porque se escribe (desde la playa del Faro. La Serena, Chile)

Se escribe porque se está cansado; porque ya no se piensa, porque se está aburrido, porque es bueno matar el tiempo entre líneas, así se ordena la muerte y la vida y todo, casi todo, menos la casa.
Se escribe porque la emoción nos molesta, nos incomoda.
Se escribe con trazos distintos, todo el tiempo, porque uno no es nunca el mismo cuando escribe.
Se escribe por miedo, un miedo casi necesario, como por incertidumbre. A veces se escribe tambien por coraje, pero son las menos.
Uno jamás intuye la palabra siguiente. Uno se dicta así mismo lo que diría; pero al escribirlo no lo dice; o sólo se lo dice a uno mismo porque en esa soledad no habita nadie, sólo se dice lo mismo que se dice frente a los espejos, salvo: "estás bonita".

Agustina Saubidet y su amuleto

miércoles, agosto 27, 2008

ojo por ojo, escritura por escritura

Recién ordenando unos papeles encontré entre viejos apuntes de la facultad, un mail impreso, escrito el 26/09/2005 llamado "capturada, sin compromisos", y me puse a leerlo ( tal vez lo use en un cuento, en una novela, o lo tire, esa es otra opción)
Mi profe de taller de escritura Alfredo Staffolani, estaba justo on line. Así que le escribí

Agus Saubidet dice:
quiero decirte algo

Agus Saubidet dice:
cuando pasa un tiempo, se forma una distancia tan grande con los textos, que por momentos siento que no me pertenecen, que yo no podría haber sentido algo así, haber escrito algo así. Estoy contenta porque hay cosas que me gustan, mas allá de sentirlo ajeno

Agus Saubidet dice:
pero también es triste no encontrarme más ahí...

Agus Saubidet dice:
o no saber donde estoy.
Te lo quería decir, tal vez porque quiero creer que a todos les pasa lo mismo

alfredo dice:
mmm
alfredo dice:
es difícil
alfredo dice:
lo que pasa agus es que la escritura es siempre falta
alfredo dice:
entonces con el tiempo, esa falta se define, se vuelve más contundente
alfredo dice:
o más precisa
alfredo dice:
y uno se lee con el tiempo y cree que hay un territorio irrecuperable
alfredo dice:
eso debería generar más escritura
alfredo dice:
o nueva
alfredo dice:
o diferente

Agus Saubidet dice:
te juro alfredo que más allá de la puta falta, es una sensación tan rara

Agus Saubidet dice:
yo sé que tirás para adelante, yo también, pero esos desencuentros con uno mismo, joden tanto

alfredo dice:
yo no tiro para adelanta, ojo eh
alfredo dice:
yo pienso de qué manera puedo resolver la escritura con escritura
alfredo dice:
el resto, es uno. en diferentes momentos. viviendo con el pasado, que es más o menos alegre
alfredo dice:
y construyendo presente, más o menos posible

Agus Saubidet dice:
perdón por esta interrupción, quería compartir esto con vos

alfredo dice:
no... por favor


Me quedo con una de tus frases, Alfredo: "pienso de qué manera puedo resolver la escritura con escritura, el resto es uno, construyendo un presente, más o menos posible."
Gracias profesor Staffolani


Agustina Saubidet (Gute)

sábado, agosto 09, 2008

Ejercicio Z

Quiero escribir

Quiero escribir algo que no diga nada

Palangana azul

Que no tenga sentido, que no devele más que las letras que lo forman

Que se vacíe de significación

Que no sea más que el acto de la escritura

Puro

Quiero dejar de pensar en lo que va más allá de la escritura

Llavero

No sé, ir más allá

Para volver, para quedarme

Para no estar, para borrarme

Para nunca partir


Agustina Saubidet

viernes, febrero 03, 2006

Escribir


Escribir, ese acto inconmensurable...esa palabra breve por donde se escapa la emoción traicionera.
Escribir como acto incandescente, entre la aurora tardía y la madrugada eterna.
Escribir entre mates, entre espacios propios donde lo ajeno se apropia de lo inaprensible de nosotros mismos.
Escribir como el acto del viajero errante que tan sólo concibe partidas, sin banderas de conquista.
Escribir porque sí...apropiarse de la nada.
Escribir es perderse, es dejarse, es mirar a lo otro desde el lenguaje.
Escribir, actuar en millones de escenarios sin acomodadores, ni butacas; saltar hacia el infinito sin pedir permiso.
Escribir en gerundio, siempre en gerundio, como algo continuo que atraviesa el tiempo, resquebrajándolo.
Escribir sobre tumbas, es como escribir sobre la cama; sin morirse pero casi, mordisquear la muerte, devorando la vida.
Escribir abre una puerta sin casa. Un fantasma que nos habita.
Escribir nos traiciona la cara, nos desdibuja el rostro frente a los otros, que también somos nosotros mismos...es borrarse y rescribirse al margen, sin nota al pié.
La escritura es nuestro espejo al menos para quienes en nuestras noches de insomnio tartamudeamos pensamientos o quienes simplemente hemos soñado una frase plasmándola en una servilleta de papel de un bar cualquier, de una ciudad cualquiera y casi, como por olvido o por traición, la dejamos sobre la mesa a modo de propina, sabiendo que no dejamos nada, más que el acto insignificante de nuestra escritura.

Gute.
(18/10/2004)