miércoles, agosto 27, 2008

ojo por ojo, escritura por escritura

Recién ordenando unos papeles encontré entre viejos apuntes de la facultad, un mail impreso, escrito el 26/09/2005 llamado "capturada, sin compromisos", y me puse a leerlo ( tal vez lo use en un cuento, en una novela, o lo tire, esa es otra opción)
Mi profe de taller de escritura Alfredo Staffolani, estaba justo on line. Así que le escribí

Agus Saubidet dice:
quiero decirte algo

Agus Saubidet dice:
cuando pasa un tiempo, se forma una distancia tan grande con los textos, que por momentos siento que no me pertenecen, que yo no podría haber sentido algo así, haber escrito algo así. Estoy contenta porque hay cosas que me gustan, mas allá de sentirlo ajeno

Agus Saubidet dice:
pero también es triste no encontrarme más ahí...

Agus Saubidet dice:
o no saber donde estoy.
Te lo quería decir, tal vez porque quiero creer que a todos les pasa lo mismo

alfredo dice:
mmm
alfredo dice:
es difícil
alfredo dice:
lo que pasa agus es que la escritura es siempre falta
alfredo dice:
entonces con el tiempo, esa falta se define, se vuelve más contundente
alfredo dice:
o más precisa
alfredo dice:
y uno se lee con el tiempo y cree que hay un territorio irrecuperable
alfredo dice:
eso debería generar más escritura
alfredo dice:
o nueva
alfredo dice:
o diferente

Agus Saubidet dice:
te juro alfredo que más allá de la puta falta, es una sensación tan rara

Agus Saubidet dice:
yo sé que tirás para adelante, yo también, pero esos desencuentros con uno mismo, joden tanto

alfredo dice:
yo no tiro para adelanta, ojo eh
alfredo dice:
yo pienso de qué manera puedo resolver la escritura con escritura
alfredo dice:
el resto, es uno. en diferentes momentos. viviendo con el pasado, que es más o menos alegre
alfredo dice:
y construyendo presente, más o menos posible

Agus Saubidet dice:
perdón por esta interrupción, quería compartir esto con vos

alfredo dice:
no... por favor


Me quedo con una de tus frases, Alfredo: "pienso de qué manera puedo resolver la escritura con escritura, el resto es uno, construyendo un presente, más o menos posible."
Gracias profesor Staffolani


Agustina Saubidet (Gute)

domingo, agosto 24, 2008

Charlatanes

De vez en cuando su delirio se amalgamaba con mis ganas de creerle…
Y podíamos soñar altos sueños, que rara vez verían la luz del día.

Leri.-

jueves, agosto 14, 2008

El tango y nosotros (casi como el mate)


El tango muchas veces nos sorprende, nos deja helados, congela nuestros tiempos y los hace, magníficamente eternos presentes…conjugamos fórmulas, pensamos con alas, soñamos, tocamos las nubes con los ojos, emocionamos al mundo cuando nos observa sentirlo…el tango nos hace olvidar los vacíos pasados, rescribe nuestra historia, desdibuja nuestras imperfecciones, nos hace creer imprudentemente poderosos, con un poder que a nadie molesta, ni pide permiso…entonces irrumpe el deseo por el tango, de observar al tango, de vivenciarlo como un sonido eterno…a la vuelta, cuando nos tomamos el bondi perfectamente vacío ese de las 3 de la mañana, nos lanzamos al recuerdo de la noche, siempre del lado de la ventanilla y repetimos en nuestra cabeza una y otra vez aquellos momentos sin cansarnos; bah, o a cualquier hora del día, porque el día no tiene horas, porque el reloj siempre está a destiempo cuando estamos lejos del tango que amamos…y cuando estamos de nuevo juntos jamás medimos el tiempo y siempre es temprano para despedirse.

Contamos sencillamente con la certeza de amarlo, de quererlo así, con sus imperfecciones, sus pasiones, su aparente petulancia, sus ternuras infantiles, sus broncas sin razones, sus venganzas siempre truncas: Pugliese, Troilo, Piazolla, jugando en la calle de piedra…

Somos tan distintos vos y yo, y sin embargo, cuando llega el tango,no nos importa esa distancia porque en ese momento somos uno, somos hermanos, amantes, amigos; nos tocamos con los ojos; nos besamos con las manos; desgastamos las suelas hasta bailar descalzos; desarmamos las convenciones y siempre y no sé por qué, despertamos burlas admirables de todo aquel que cree que el tango ha muerto.

Agustina Saubidet, Gute

domingo, agosto 10, 2008

Discovery Vale

Cierro los ojos y escucho tu voz

Como un abrazo de cielo de nubes de mar
Como una caricia de montaña de besos de felicidad
¿Qué se yo de la felicidad?
¿Qué sabe ella?
Zanahoria

El llanto del día después
Vuelve con cada cerrar de ojos

Es la belleza que me inunda, lo sé
Es tu pureza, nuestra

/Rio/

Cuando el sentimiento es tan grande que sobrepasa
No siempre se trata de dolor



Leri.-

sábado, agosto 09, 2008

Ejercicio Z

Quiero escribir

Quiero escribir algo que no diga nada

Palangana azul

Que no tenga sentido, que no devele más que las letras que lo forman

Que se vacíe de significación

Que no sea más que el acto de la escritura

Puro

Quiero dejar de pensar en lo que va más allá de la escritura

Llavero

No sé, ir más allá

Para volver, para quedarme

Para no estar, para borrarme

Para nunca partir


Agustina Saubidet

sábado, agosto 02, 2008

Quién sabe?

De repente la constelación de estrellas se equivoca, y yo estoy aquí con vos. En un bar. Como esa vez que me cediste la espuma de tu capuchino, qué tonta te pregunté si no te gustaba. Claro que sí, pero te gustaba más cedérmela. Estúpidas constelaciones de estrellas y mariposas que no llegan. Y la analogía de la vidriera y no puedo creer que te lo dije. ¿Realmente mencioné que yo necesitaba enamorarme de las cosas antes de comprarlas? Que ahí sí, no me importaba el precio, pero que no podía simplemente comprar algo porque me parecía que estaba "bien"? Y así dejé que te fueras, y me quedé con el aroma a nuestras hormigas cosmopolitas que devoraban viñedos en lo alto de montañas lejanas. Me quedé con las luces bajas y las velas refractando en mi rostro como tanto decías que disfrutabas. Te fuiste y volvió el placer de verme a través de esa mirada… y vos cambiabas de cara y me volvías diferente. La morena que en tu tango caminaba arrastrando su halo. La italiana de tu bife marcado y sólo así, qué buen bife! La mujer de tus poemas que existió mucho antes en el deseo de dedicarlos. Esa no era yo, eras vos. Pero... fueron lindas esas fotos. Y aún así siempre yo, que no compro. No puedo comprar. Aunque me muera de ganas, está claro que no muero porque ahí donde mora el encuentro no enamora… ahí no puedo quedarme, ahí no estoy…

Y la nave se va… Y pasa el tiempo y pago precios muy altos para estar con él, que no sos vos, que no tiene nada que ver conmigo. En él con quien no disfruto de verme en su mirada porque su mirada no dice nada, no habla de mí porque no me ve. Me tiene en frente y nunca me ve (o es mudo?). En él con quien pierdo la cabeza y se vuelve tan lindo perderla de vez en cuando. En él que no presentaría a mi familia, que no simpatiza a mis amigos… En él, Que no parece más que un impulso de autodestrucción y de almohadas revueltas. De pieles entrelazadas, pieles latientes, hambrientas, enfurecidas. Pieles que se rozan, se provocan, se amalgaman, se escalofrían. Pieles que simulan mariposas, pero con cosquillas, con cuellos orejas nucas lenguas… que no vuelan. ¿Y qué constelación de estrellas?, ¿Qué fuerza errática me impulsa a pensar en él, a acercarme como no puedo con vos? ¿A abrirme aunque no interese, aunque duela de soledad más que el estar sola? Hasta que llega la anestesia y ya da igual. Está claro que no reconozco el final porque relaciones anestesiadas no terminan… A menos que un día él empezara a verme, y se haría evidente que no hay nada ahí para vernos, no hay encuentro posible, y la que se iría soy yo, lo sé.

Algunos lo llaman histeria. (Vos Gute, cómo lo llamarías?).

Y me gusta estar sola. Eso es lo que digo. Me gusta estar conmigo y mis amigos, tenerlos y añorarlos… Valoro tanto mi tiempo, mi libertad, mi exclusividad, que sólo los dejo por personas especiales, jurídicas e internacionales. A menudo pareciera un mal trato. Yo lo pienso y lo pienso y no lo pienso demasiado porque la inercia va hacia allá. Porque pensar frena, pensar puede cambiar, pero aún peor... puede doler de ansias de cambio radical. Y nunca es momento para tanto. Nunca, es siempre, es ahora. Y ahora no es el momento pero ¿qué tal si fuera siempre así?

¿Qué tal si mi fortuna fuera la puerta de una vida anestesiada?


Busco una verdad evidente que se presente ante mí, ineludible.
Y cuando lo hace...

Decile que llame después, sí? Ahora estoy agotada.


V.-