miércoles, diciembre 31, 2008

Reflexiones express: los nabos

Nabo es el que te manda millones de mensajes y al final te deja plantada

Nabo es el que te manda millones de mensajes y sigue esperando que le contestes

Nabo es el que dice sos la persona correcta pero llegaste en el momento equivocado

Nabo es el que no dice que llegaste en el momento justo y sos la persona correcta

Nabo es el que dice "vos no sos una mujer para la joda"

Nabo es el que no dice que "sos una mujer para la joda"

Nabo es el que jode para que le des bola y sí lo hacés aclara que sos una mujer para la joda

Nabo es el que dice que no sos una mujer

Nabo es el que te pregunta edad, sexo, profesión y signo

Nabo es el que no dice su edad, su sexo, su profesión y su signo

Nabo es el que dice “sos interesante”

Nabo es el que no para de hacerse el interesante

Nabo es el que habla y habla sin darse cuenta que te estás durmiendo

Nabo es el que no habla aunque se esté muriendo de sueño

Nabo es el que te besa después de tres años de hacerse el amigo

Nabo es el que te besa y después de tres años de relación se hace el amigo

Nabo es el que problematiza la “nabitud” (para Gute ¿la navitud de navidad?)

Nabo es el que espera que esta “nabitud” sea diferente

Nabo es el que hace balances de fin de año

Nabo es el que los balances de fin de año siempre le dan igual

Nabo es el que cree que el año que viene será diferente

Nabo es el que no hace nada para que el año que viene sea diferente

Nabo es el que festeja fin de año con quienes no pasaría un fin de semana

Nabo es el que pasaría un fin de semana con quienes festeja un fin de año

Nabo es el que se pone en pedo con sidra

Nabo es el que no toma sidra por temor a ponerse en pedo

Nabo es el que se va a fumar al baño

Nabo es el que se fuma hasta el bonsái que encuentra en el baño

Nabo es el que se hace el oriental por usar sahumerios y comer sushi

Nabo es el que no come sushi y se quema con un sahumerio

Nabo es el que dice “naik”, y critica el que dice “nique”

Nabo es el que no tiene amigos

Nabo es el que tiene un millón de amigos

Nabo es el que pide perdón en exceso

Nabo es el que en exceso no pide perdón

Nabo es el que no pide perdón cuando cometió un exceso

Nabo es el que no llora cuando le duele

Nabo es el que llora cuando no le duele

Nabo es el que manda cadenas

Nabo es el que no me responde

Nabo es el que deja de propinas monedas

Nabo es el que no deja propina

Nabo es el que deja propina cuando el mozo lo atendió mal

Nabo es el que te dice “tenés actitud”

Nabo es el que tiene actitud pero “no dice nada”

Nabo es el que mira tu perfil buscando coincidencias

Nabo es el que no mira tu perfil y busca coincidencias

Nabo es el que busca coincidencias

Nabo es el que busca

Nabo es el que…

Nabo es él

Nabo es

Nabo

“Nabos somos todos” (por Gute y Leri)

FELIZ 2009 para todos los nabos que habitamos este hermoso planeta ¡VIVA LA NABITUD!


Gracias Eugue, Re de http://gintonicsentimental.blogspot.com/2008/07/nabos.html

martes, diciembre 30, 2008

El amor es cursi; sino, no sería amor

a Alejandro

Hete aquí mi letra, una vez más
que no es igual a las otras,
ni veces, ni letras,
es distinta
y no por capricho,
sino porque tú- voz hace la diferencia en mi trazo.
Hete aquí la esperanza puesta en vos,
sobre todo en tus ojos profundos de ébano inalterado,
a pesar de lo injusto que ha sido el destino,
a veces con vos.
Hete aquí tu cuerpo como salto etéreo
hacia una nube sin sombras,
alejada ya de tormentas pasadas,
sobrevolando cúpulas
exorcizando embrujos y miedos y pecados perdonables,
Hete aquí tu respiración adulta
como un ritmo a contratiempo de la vida cotidiana,
de abrumadoras rutinas diarias,
a contratiempo está ella en mí,
deteniendo el tiempo en un azar cuasi perfecto,
como auroras tardías.
Hete aquí el sueño puesto en mi almohada
perfumada ahora con tu cuello limpio de pesares,
tu sueño reposa junto al mío
mientras nuestros dedos y piernas y torsos
tejen entramados para nuevos sueños
que aguardan sin desesperación unirse a nuestros besos,
Hete aquí el amor, cursi cuasi perfecto ,
dulce, tierno,
mi amor de calesita,
de mate amargo en la cama a cualquier hora,
sin sombreros,
mi amor hecho
Hete aquí el amor,
donde ya no tiene sentido el miedo,
pues este perece a tus pies
reverenciándote en silencio

Gute


sábado, diciembre 27, 2008

Intimas Verdades 2

Cuando me bañaba, cuando era chica, me gustaba mirar el borde de la bañadera cuando se vaciaba. El agua junto con la luz armaban una formas que yo me detenía a mirar, y me metía dentro de esas formas y me imaginaba que era un parque de diversiones semi abandonado, donde podía subirme a cualquier juego. Era de noche.

En mi parque de diversiones era de noche y me pasaba un largo tiempo imaginando cosas, viendo el borde de la bañadera desde adentro, vacía. Hasta que venía mi madre y me preguntaba si estaba bien, si necesitaba algo, si me faltaba mucho. Yo le decía que en unos minutos saldría, tenía antes que despedirme de mi parque de diversiones.

Agustina "Gute" Saubidet

PD: imposible de ilustrar un recuerdo así

viernes, diciembre 26, 2008

A mi/s perrito/s chic


... ya no tiene piolin.


Aún en las repeticiones, teníamos plena conciencia de que ya no éramos los mismos.

Y esa certeza de que nadie nos quitaría lo bailado, ni el placer de volver, distintos, a nuestros cambiados amigos; constituía un motivo más que suficiente para reír, bailar, saltar, brindar, abrazar, besar, habitar, volver...

Leri.-

jueves, diciembre 25, 2008

Retrospectivamente hablando: antes del miedo a los ascensores


Antes de mis días fatales, tuve días de dicha. Días en que dormir era molesto porque cortaba la felicidad y podía entonces dormir menos, comer poco, escribir mucho, besarte todavía más.
Trabajar era un trámite rápido, lo importante era salir corriendo para estar con vos y vivir momentos eternos, etéreos, quedarnos hasta las tres de la mañana haciéndonos cosquillas, durmiendo en el living tirados en un colchón.
Nuestro amor no era convencional o al menos eso creía yo, encontraba, a pesar de tu burla, poesía en cualquier parte de buenos aires. El enojo por tus promesas no cumplidas se me pasaba rápido; volvía a creer en vos con la misma rapidez con que hoy preparo un lavado de ropa. Escribía sobre el amor con la misma facilidad que antes escribía sobre la tristeza, salvo que cuando uno está enamorado dice cosas cursis, y no importa, porque lo importante es escribir; escribir sobre ese amor y no sobre el amor; una necesidad de escribir su diferencia con el resto de los amores: su singularidad.
En cambio cuando uno está triste escribe cosas tristes con una profundidad y una realidad que el enamoramiento no tiene: con una crueldad que se impone presta a describirse con dictámenes aún más crueles.
Existe entonces eso que yo llamo estados totales: uno es el amor; el otro es la desesperación de saberse atrapado en la tristeza.
El amor como toda ficción vuelve bello en su esencia hasta la birome que no funciona. La tristeza, en cambio, ignora a la birome y la usa simplemente de metáfora para describir eso indescriptible que se siente con la exacta nitidez con que antes, cuando estábamos enamorados, descubríamos el mundo.
Un texto saca otro texto pero no te llenes de borradores, dice el dicho
Cuántas veces he escrito desde estos lugares y ahora corrida de ambos, me encuentro perdida entre grises.
En los momentos de mayor enamoramiento mi amigo Alejo me decía que ahora iba a escribir distinto, que mis textos iban a ser distintos, porque el amor cambia todo y uno se atreve a escribir cosas así:

“Te miré con deseo, hallándome cubierta de narrativas”

Lo de las narrativas me gusta, lo del deseo, mmm está de más (desde la postura gris, lo digo) eso está de más. Me gustaría sacarlo porque es cursi, es falso, es pobre

“Mi cultura inmensa, mi cuerpo, mi luna
Llorar de espanto y de tu ausencia”


Así seguía el texto y esto sí, me gusta más…la palabra ausencia se justifica más que la palabra deseo, quizás porque la ausencia tiene una razón, justifica un texto. En cambio el deseo, el deseo es otra cosa, el deseo no escribe, el deseo pasa, transforma la vida, y se diluye (con suerte nos habita, si lo dejamos).
La ausencia se queda y se inscribe en mí, se detiene a pasar largas horas y me mira. “A fin de cuentas -me dice la ausencia- ellos se van siempre y yo soy la única que me quedo a hacerte cosquillas.”

Agustina Saubidet
Foto Gonza Saenz

sábado, diciembre 20, 2008

"Milonga en do"


Mi problema con las diagonales de la plata es que no sé dónde cortarlas
Mi problema con las diagonales de cortazar es que no se donde lasagna
En fin, cómo hacer para “atar el azar a la hazaña” y no perder plata.


Agustina Saubidet

Gracias por la foto a

http://www.flickr.com/groups/otrogrupo/discuss/72157600734307699/



jueves, diciembre 18, 2008

He dicho: Gracias


Gracias a la muerte por demorar su llegada
Gracias a las copas de más y al vino tinto
Gracias a tu cuerpo hambriento
De mi cuerpo
Gracias al cigarrillo apagado a tiempo
Gracias al sahumerio y a las almohadas ajenas
A la noche de lunas con terrazas
y también a las lluvias torrenciales y a la ropa seca
gracias a la vida por venir a despertarme
gracias a vos por venir a sacarme los anteojos
cuando duermo o al besarte
gracias a las fotos y a las valijas de viaje
gracias al mate,
la peperina y el azúcar
a la risa que me hace doler la cara
gracias a esas lágrimas por no dejar mis pupilas
gracias al bondi vacío del domingo.
Gracias a ese domingo con él sin bondis
Gracias a la uva y sus vuenos haires
Al país sin viento, ni luces nocturnas
Gracias a la ventana por dejarme mirarla
Gracias a sivori, girondo, cortazar, pessoa
a la música en todos sus formatos,
Al baile en pareja y al comunitario
Gracias a las matemáticas por su desinterés en mi persona
Gracias a la filosofía por hacerse la interesante
En síntesis, gracias a la escritura
Porque sin ella no podría
estar agradeciendo nada.

Gute
texto by Agustina Saubidet
Foto By Gonzalo Saenz

lunes, diciembre 15, 2008

Intimas Verdades 1

Cuando tenía 22 años vivía en un departamento en el barrio de Monserrat: Salta 444, difícil de olvidar.
La casa tenía grandes ventanales por donde la luz de la luna entraba y algunas noches, la muy cretina ni me dejaba dormir. Pero lo más interesante que tenía el departamento, no era eso; sino que en primavera, entre las siete y las siete y media de la mañana, entraba una luz hermosísima, entre naranjas, rojos y ocres.
La primera vez que descubrí esa luz, observé cómo, a través de las rendijas de la persiana, se proyectaban sobre la pared del comedor un juego de luces y sombras infinito; y vi también que mi propia sombra no podía quedarse afuera de semejante acontecimiento.

Entonces ponía música y se quedaba mi sombra bailando horas y horas hasta que la luz se iba.

Durante tres años, en primavera, siempre llegaba tarde al trabajo.



Agustina Saubidet


Foto Purple Sky "comme d´habitude" de Gonza Saenz, un amigo de la casa, bah, un habitante más de la casa
http://www.flickr.com/photos/gonzalo_ar/235820425/in/set-1585397/

viernes, diciembre 12, 2008

La noche de las grandes verdades: “Las radios son todas impares” (a)


Hay verdades que sólo se nos imponen cuando alguien las dictamina. Me pregunto entonces cuantas verdades obvias nos rodean y uno ni las advierte, hasta que claro, uno las descubre y alguien nos muestra (o ambas, ¿por qué no?)

Ayer, en la noche de las librerías de la "Calle Corrientes"(evento que me pareció más que interesante por el sólo hecho de caminar por el medio de la avenida sin que me pisen los autos) me sentí bastante extranjera. Esto que podría ser una verdad para cualquiera, la descubrí ayer, caminando. La avenida que tanto había amado durante mucho tiempo, que tantas veces recorrí por diferentes razones, ayer era una gran puesta en escena, casi como la feria del libro. Me pareció más una cuestión comercial que un encuentro con la lectura. Las librerías estaban plagadas de personas, los cafés inundados. Todo estaba programado, ubicable, cronometrado; ahí nadie podía perderse, sólo había circuitos a seguir, a respetar; y ahí me di cuenta: mi amada avenida Corrientes ya no era Corrientes y no tenía que ver con los bondis.

Hasta que de repente, un auto hecho de libros viejos, como un torino pero de carrocería de textos, avanzaba por el medio de la avenida, pidiendo permiso entre la gente. Tres o cuatro personas subidas al auto, megáfono en mano, nos recordaba que el amor por los libros no tiene que ver con el comercio de libros, con aquello que nos quieren vender…la literatura tiene que ver con otra cosa.

Le dije a mi amigo Adrián que mejor sería ir a comer una pizza. Cruzamos la 9 de julio. Todo pareció volver a su cause normal, hasta el árbol blanco de navidad al lado del obelisco. Hay cosas que nunca cambian.

Después de comer una deliciosa muzzarella con jamón y charlas de millones de cosas; emprendimos el regreso.

Cuando subimos al auto Adrián prendió la radio. Yo me empeñé en buscar una emisora que acompañara ese momento. De repente me dijo: “viste, las radios son todas impares” Yo sonreí, nunca me había dado cuenta y ahí pensé: “los libros también, los libros también son impares”.


Buenos Aires, 10 de diciembre de 2008. Agustina Saubidet


PD: nota de color. En la mesa de informes que se encontraba sobre la calle Corrientes, te daban una postal que decía: “Noche de Librerías. Avenida Corrientes entre Callao y Talcahuano. Miércoles 10 de diciembre. Entrada libre y gratuita” y una pequeña inscripción al costado “Promociones especiales en las librerías. Regale libros en estas fiestas.” Al reverso de la tarjeta: Ministerio de desarrollo económico; Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El día que tenga una cámara le saco una foto a la postal, por si alguien necesita cotejar la veracidad de esta posdata.


“Un libro abierto, también es la noche”, Marguerite, que es Duras. Escribir

jueves, diciembre 11, 2008

Noche de encuentros y algo más

Hay algo de sincronicidad en nuestro encuentro, algo de telepatía, algo de mística quasi religiosa, porque la religiosa la dejé atrás. Aún recuerdo a esa niña que se confesó una vez por matar mosquitos, la recuerdo sentada en el baño en medio de una conversación unilateral, pidiéndoles que se alejen. A esa niña le faltaba contacto con la naturaleza, a ese cura tacto.
No lo culpo. Era imposible verla con los ojos cerrados, yaciendo en su rincón; caminando con su correa y su perro patín inanimado, cantándole canciones de cancha, entonando una despedida; armando su bolsito y huyendo de su casa cual hormiguita viajera, a llorar a la esquina, como si supiera que alguien la iría a buscar. Y alguien siempre la iba a buscar (aunque no sin antes hacerla esperar un buen rato).

Me pregunto donde quedó la magia, sin verla justo enfrente mío... Está en esta ventana y me hablás a través de ella. Me decís que sin química no hay magia, que yo la detono…Y entonces te digo que tenés razón, que la magia simplemente se da. Se da entre nosotros y entre nosotros y unos pocos otros se da. Y hablamos capicúa y vos hablás con la ñ… y qué? Gute siempre está.

Reviso mi e-mail. Su respuesta me inunda en esta noche que quiere dormir, quiere trabajar pero no quiere… quiere algo más.
“Te adoro Amiga del Alma...de la vida..de la risa...de veranos...de confites!”

Como el brillo de las estrellas que se abre por detrás de una noche nublada, así se anima el perro, viaja la hormiga, revive el mosquito, se desnuda la magia de sabernos conectados, donde sea que estemos.

Leri.-

miércoles, diciembre 03, 2008

Muchos libros posibles, un juego

"Un espacio propio, un altillo más cercano a una sombra enorme y hospitalaria. Dos conjunciones de alrededores, lúdicos, verbales, territoriales; misteriosa desaparición: cierta gala, en ocasiones, mis sueños"
Agustina Saubidet. Buenos Aires, 3 de diciembre de 2008.

Historias mínimas

Hoy, después de una cuantas semanas, me junté con mi amigo, Enrico, en un bar de la Av.Cordoba. Mientras esperábamos la llegada del inminente y necesario tostado, Enrico sacó de su bolsillo un libro de Mario Benedetti llamado "La borra de café".
Ojeando el libro (hojeando) me sorprendió que Enrico no hubiera hecho aún ninguna marca con algún lápiz (costumbre más que ritualera que ambos tenemos) ante lo cual me contestó que simplemente no lo había hecho pues no tenía birome.
Entonces, tomé mi bolso, saqué un bolígrafo y le sugerí hacer un juego.
Azarosamente abrí el libro - en un capítulo que se llama "Un espacio propio"- y le propuse subrayar (con mucho respeto) algunas palabras y hacer un nuevo relato a partir de las palabras marcadas.
El texto transcripto debajo de la foto -tomada por Gonzalo Saenz- fue rescatado del olvido gracias a una servilleta del mismo bar (el otro relato hecho por Enrico quedó en su libro)
Este "subtexto" podrá ser encontrado -entrelíneas- en la Borra de café, pag 32 y 33 (Editorial Sudamericana).
Ahora bien, me pregunto: ¿cuántos téxtos más se encuentran encerrados en ese mismo capítulo, como en otros, como en tantos otros libros y capítulos y autores y mundos posibles?
ojalá alguien más se anime a seguir con este juego. Saludos a todos. Gute
PD: una vez más Gon gracias por las fotos http://www.flickr.com/photos/gonzalo_ar