SU CORDURA CONDURA LOCURA VIENE, PERO CON CONDONES/ LA GENTE ENTIENDE, LA GENTE/ VOSCOMUNA/ ACETA PATACONE?/ PROSTI PERO NO BOLUDA, CHE / PERRA BRETONA, CUERPO BRETON/ COMOVATODOBIEN ENORDEN OTIMO/ MENTIRA, BIEN UN CARAJO/ EL USUARIO DE HA DESCONECTADO./
Vuelva en diciembre 2005
[ bizomalog@yahoo.com ]
El exilio puntual llegaba a recordarte que no era tu casa. [ni yo, por mucho que te amara, ni mis rulos aunque los conmovieras, ni mi voz aunque te nombrara, ni mi aire aunque se enrareciera, ni mi olor embarazado de mí, ni mi amor aunque lo cambiaras tanto que al final me quedara sin él, ni mi bronca aunque la creyera tuya, porque hay que creer para crear, y apropiarse y hay que saber de qué apropiarse también]. En el agua los olores se pierden y los límites se confunden, y entonces mi barrio pudo ser el tuyo, pero no. Vos no pudiste. [la verdad que yo tampoco]. Las agujas del reloj no dejan de temblar porque yo esté sonriendo. No soportan la posibilidad de libertad, la muerte del miedo.
Texto técnico: bizoma un formato posible de rizoma, uno más entre otros.
Rizoma es un concepto tomado de la botánica por Gilles Deleuze, Felix Guattari y aplicado al campo de la filosofía política (ver mil Mesetas).
Siguiendo los lineamientos de la botánica, el rizoma, a diferencia de un formato arborescente, no posee un tallo central (sentido troncal) desde donde se desprenda una significación fija (ej una idea de bien, de mal, de moral, etc.).
Un rizoma admite múltiples conexiones heterogéneas, que habiliten diferentes formatos de significación y de sentido (entre otras cosas) sin que exista una centralidad.
Un rizoma no tiene ni origen, ni fin determinado. Tampoco reproduce ningún formato previo (sino que apunta a la creación de un formato singular que de ninguna manera es “cualquier cosa”). Por lo tanto, un rizoma no es un calco, dirán estos autores, sino un mapa, que arma ruta en el trayecto de las múltiples conexiones que se establecen y que se generan a partir de él (resonancias).
Ahora bien, ¿por qué este blog se llama bizoma? A fines del 2005, le acerqué a Leri un texto que había escrito yo años atrás y que apuntaba a generar nuevas líneas de sentido. Leri no sólo hizo esto sino que le aportó su singularidad y con las líneas del texto creó un dibujo sorprendente (ver post del 16/01/2006). A partir de este encuentro, comenzamos a gestar la idea de la escritura comunitaria a partir de nuestras múltiples afinidades y diferencias. Leri claramente poseía una agudeza y profundidad en su escritura, influenciada principalmente por Bataille y Barthes, junto a la combinación de una elección exquisita de palabras; un gran talento hacia la pintura y el gusto por la música). Yo, en cambio, era claramente más nietzscheana y a la hora de escribir, mis metáforas se resumían a hechos sencillos y palabras comunes; mi amor por la música, el baile y la fotografía eran por aquella época motores que sabía jamás podrían apagarse en mí). Decidimos, pues, respetar nuestras diferencias y afinidades y armar este Blog “reterritorializando” la apuesta de Deleuze y a Guattari, pero alejándola de la mera reproducción.
A mi entender, esté rizoma devenido bizoma, esta r devenida en b, representaba una forma (entre otras múltiples posibles) de apropiación del pensamiento de estos autores, basado en la idea principal de la creación de conceptos a partir de la diferencia.
Bizoma como término, no existe, es un invento, es un formato de escritura a partir de un blog; de similitudes y contrastes, de cercanías y distancias entre todos los que lo conforman este espacio, que de ninguna manera, se acotan en Leri ni en mí y que tampoco se explica por ese “nosotras singularmente”.
Mauricio Luja (MX), Gonzalo Saenz, El llanto de la cortada, Diego, S, Ceci, Carolina, Enrico, El Gato de Quilmas y tantos otros: como los blogs afines, los amigos, los artistas que nos gustan, las cosas que vemos y que nos hacen sentir, la música, la pintura, la fotografía, nuestras profesiones, también forman parte de Bizoma, de este rizoma. Por lo tanto ese dos, del bi, no representa ninguna bipolaridad, simplemente es un dos que expresa el mínimo de diferencia que se necesita para CREAR.
Utilizamos hechos, saberes, anécdotas, sentimientos, intensidades, tipografía, imágenes e intentamos conectar estas heterogeneidades a partir de nuestro deseo por el mero acto de escribir.
Así como un libro no es sólo su contenido, sino su formato; este blog funciona de la misma manera: no hay diferencia entre lo que dice y el formato que lo expresa…el fOrmatO eS YauNa forMa DE eXpresióN y como diría Nietzsche aquí no hoy verdad porque la verdad no existe y todo en este mundo es un error, una ficción.
Quiero agradecer de manera personal a los 18 gruppiz, a los 1750 “usuarios únicos absolutos” (y anónimos en muchos casos) y a las 9968 visitas que hemos recibido en estos últimos seis meses, a todos los que vuelven, a los que están de paso, a todos lo que llegaron por azar (algunos se quedaron, otros se fueron); a todos ellos, a ustedes y a este nosotros colectivo comunitario (esa hermosa “vozcomuna”); MUCHAS GRACIAS por detenerse unos segundos a compartir un tiempito en este blog.
Agustina Saubidet, técnicamente rizomatizada mientras toma mate.
PD: este posteo es una aclaración y explicación del significado de bizoma (que seguida de la palabra curepa y síntomas del enamoramiento), ha sido lo más buscado como fuente de tráfico de este blog (a partir de los motores de búsqueda de los “buscadores” ya conocidos por todos) y que ha hecho que mucha gente llegue hasta acá, buscando vaya a saber uno qué cosa.
"El orgullo es lo que hace que esa fórmula mística y transparente entre dos personas vaya desapareciendo.
¿Y qué es el orgullo?
1) lo que te hace proteger tu espacio. Marcar tus límites... Y cuando hay algo así de lindo, ¿para qué le vas a poner límites? El límite, ahí, no existe.
2) el orgullo pasa todo a primera persona. Dices: "me siento orgulloso de algunas acciones buenas que hago".
3) el orgullo te hace hasta desconfiar de la otra persona y terminar hasta compitiendo. Se dicen mutuamente:"si yo sé más"; "no, yo sé más". Ahí comienzan todas las inseguridades y también las demás mierdas.
Fitado" (conversación transcripta en el diaro de viajes de Gute en el marco de una charla amena)
Lo malo del pudor es que a veces empuja las palabras a niveles de abstracción que, en determinados espacios, no sólo NO pasan desapercibidos, sino que pueden arrancarnos lágrimas que desgarran como si fuera una piedra la que se abre paso por nuestras pupilas. Como si la negación a llamar las cosas por su nombre nos llevara a reemplazarlas por otras que revelan más de lo que ocultan, ciertamente más de lo que estamos dispuestos a tolerar. Esos espacios de cruel exactitud son lugares donde uno no puede mentir ni mentirse. Donde un resfrío no es sólo un resfrío y vos lo sabés, pero insistís en llorar la fiebre e implorar que venga él a apoyar sus paños fríos sobre tu frente hasta que te adormezcas.
- Disculpá mi ignorancia sobre el tema, pero me podrías describir lo que se siente? -preguntó insistente ante mi falta de detalles.
Yo no podía mirarlo a los ojos. Sería nuestro último cara a cara, aunque en ese entonces ninguno de los dos lo sabía. Atiné a responder: -Lo que siento es que hay algo demasiado grande, que tiene que salir por un espacio que es muy chico. Y yo sé que si lo dejo salir... va a doler. Nuestras lecturas se encontraron en ese instante y las lágrimas estallaron sin pedir permiso alguno. Todo intento por contenerlas se convertía en estallido, así que eventualmente (tal vez en segundos que parecieron eternos) dejé de intentarlo. Su veredicto fue que duplicáramos las sesiones, que retiráramos la mirada. El mío fue exponer la fisura hasta que doliera, sangrar la herida.
Años después me seguía repitiendo sin diego ni diván en cada algo demasiado grande.
Pensé tal vez que matando el pudor podría develar que no había nada vergonzoso en esa naturaleza rígida y constipada, más que el rastro de las ciudades transitadas lentamente (aún con ritmo frenético) y esa absurda negación a extirparlas.
En el fondo, el interrogante era si quien elegía conscientemente transitar su vida en el aglomeramiento de una Gran Ciudad, con la congestión y el atasco propio de sus calles, el embotellamiento en sus venas, podía sorprenderse u horrorizarse al toparse de frente con la obviedad de la obturación adueñándose de su aparato digestivo.
Que el mundo estaba regido por absurdos, eso no les resultaba novedoso. En el atardecer de un día como cualquier otro, el cowboy ayudaba al cajero a contabilizarlos en su computadora, mientras reemplazaba la cabeza del ciervo que colgaba en su pared por un cuadro de culto a la soya.
Primero estaba el absurdo del vaquero sin lectores, atemorizado por el sueño de una quema de libros que mataba al gaucho que ya no existía por fuera de ellos.
Seguido se encontraba el del banquero sin futuro -o sin acciones?.
De estos dos ellos daban cuenta, porque les tocaban de cerca.
El tercer absurdo era el del escritor sin reflectores, sin comentarios, sin metadiscurso ni opiniones, sin brillos de otras ventanas en la noche de su escritura.
A este lo seguía el absurdo del estudiante que quería salvar la humanidad. (Este es mi preferido, me gusta pensar que yo pude ser uno de esos. Y no que no lo fui).
El quinto absurdo pertenecía a un altruista que conformaba su totalidad, por ende su forma de dar a los demás era darse a sí mismo.
El sexto unos médicos que oraban para que existiera un Dios, toda vez que pare-serlo les pesaba demasiado... (a veces la sociedad es tan turra que pone estas misiones imposibles y luego reclama por su incompletud -si no sabe a que me refiero pregúntele al psicólgo amigo).
El séptimo era el absurdo de la riqueza comportándose como bestia, si acaso no existiera una metáfora que la ilustrara mejor.
El octavo un joven que se preguntaba si era suficiente orar para que el cambio fuera real; y volvía una vez más a la página del libro de autoayuda mientras veía un nuevo capítulo de la serie de física cuántica para principiantes.
El noveno los derechos humanos para las vacas (y Kike que me cuenta que en Cuba es más dura la pena por matar a una vaca "propiedad del estado" que a una persona, como si estos no lo fueran también).
Y llegamos al décimo absurdo, y el décimo eras vos, que te quejabas mientras acababas al servicio del poder, enalteciendo la pregunta sin banco ni altar (y aún por fortuna bastante alejado de los palos de golf).
Leri y Mauri.-
(o la remake de Leri del texto de Mauri,
VAle le pena? http://mobtomas.wordpress.com/2009/02/21/¿vale-la-pena/#comments )
Resulta curioso que siendo M lo único cierto e inevitable en V, nunca parezcamos lo suficientemente listos para afrontar lo simbiótico de esta relación.
Será acaso porque no existe fórmula mejor que M para acercarnos a V? Será esa proximidad la que duele?
Leri.-
Gracias Silsifa (Silvina Ferradal) por la ilustración y la onda... :-) (http://whisperingcolors.blogspot.com)
Caleta solía confundir la cantidad de autos de un cortejo fúnebre con una medida de la grandeza de la persona en cuestión.
Así lo sintió aquella vez. Mientras contaba los vehículos de una fila que no parecía acabar, miró a su padre con ojos nublados de angustia y dijo: "Hoy falleció un gran hombre".
Absurdo: lo que Caleta no sabía es que 10 años después, su padre iría a reprocharle por ese día en que habría preferido a otro tipo sobre él (ese complejo tiene nombre?).
Error: Si la grandeza fuera el resultado de un concurso de popularidad, muchos de aquellos que más admiramos -y cuántos magnánimos incuestionables!- correrían el riesgo de ser acusados de insignificantes microbios.
Leri.-
Dedicado a esos microbios sin cuya influencia sería difícil imaginar nuestra vida. (Y a vos... Cuáles se te ocurren?)
Foto: Funeral Procession, de Ellis Wilson ... texto en memoria de Eugenio Heit.
Le asustaba su propio silencio casi tanto como le asustaba pensar en el mañana (y más especialmente en él, mañana).
La vida le había enseñado o tal vez ella había aprendido sola a no planificar.
Se preguntaba si desear era como planificar; y si imaginar que algo tenía fecha de término desde sus inicios no era algo así como sentenciar su no durabilidad, por cubrirse (ella lo hizo al principio y luego desistió, o al menos eso se dijo).
Su amiga Barbi hablaba del poder de la intención. Creía en eso, aunque no creía en los nombres ni en las palabras, ni mucho menos en los libros de autoayuda.
Recordó una conversación con un ex jefe, un tiempo atrás: "Caleta, tu problema es que imaginás situaciones que no son, y luego de algún modo hacés que esas fantasías se vuelvan realidad". Se preguntó si no había algo de cierto en esa pobre excusa que él encontró para hacer exactamente lo que ella había anticipado, desligándose de toda responsabilidad, o -como buen jefe que era- delegándola en ella.
El interrogante que trascendía la situación y volvía a ella una vez más era cómo y si podía una acertada percepción convertirse en la construcción de una realidad (in)deseable, o visceversa.
Pero porqué lo estaba pensando ahora?
Ahora que su mundo cobraba color a magia y aroma a margaritas. Ahora que no necesitaba que los atardeceres irradiaran luces naranjas, rojizas y púrpuras para apreciar su belleza. Ahora que finalmente conectaba con el presente sin pensar en nada más. Ahora que igualmente no podía evitar pensar en algo más. Ahora que era tiempo de decisiones. Ahora que vacilaba entre vender sus muebles o decorar su nuevo espacio (con contrato por 13 meses... y garante). Ahora que estaba libre para hacer lo que quisiera. Ahora que tenía que ir al consulado, averiguar su situación, llenar papeles. Ahora que todo era rosa, y aún así estaba a tiempo de percibir grises (había empezado a pensar que el gris era la base sobre la que se construían el resto de los colores, de todos modos).
Ahora que cambiaba de planes, aún cuando nunca habían sido tan firmes.
Ahora que había enunciado esas palabras por primera vez, atravesándolo con su mirada que lo había dicho desde antes, sintiéndolas hasta el desgarro, llorándolas con congoja, riéndolas a carcajadas.
Es curioso que febrero comience y termine celebrándonos, casi como si hace rato se estuviera preguntando cuándo nos atreveríamos a festejarlo nosotras también.
Entendí o me llegó todo junto: "No debes renunciar ni al derecho de renunciar (...) Abre los brazos y no te niegues al clarinete ni a las faltas de ortografía". Finalmente, lo hice [y Menem no tuvo nada que ver].
Sentada en una plaza, recostada sobre su refugio (bautizaré con este nombre a la unión entre su brazo y su hombro), girondo en los columpios hasta sentir que es posible tocar el cielo con los pies y no sólo con las manos. Sublimándolo todo, hasta mis ganas de hacer nada. Intercambiando influencias y demás vínculos... Festejo lo maravilloso de algunos encuentros "descubrimientos" que hacen que nuestras vidas ya no puedan ser las mismas [ni queriendo -y mirá que para querer hay que ser bien pelotudos].
Ubico tu nombre en las hojas de ese árbol que por un momento fue mío y decidió regalarme cientos de estrellas de colores sobre las cuales reposar si es que volando me canso demasiado.
Te propongo un verano etéreo. Si comprás, podemos extender la garantía.
Lerinha.-desde EterEolandia (gracias Iván por la correción). Guterinha, esta va para vos, celebro tu día.
Gracias por la foto a quien haya sido el responsable... gracias a Google por hacerla encontrable...
De niña solía perder el equilibrio y caer. Sus piernas diminutas albergaban las marcas de cada golpe. A ella le gustaba pensar que esas marcas eran porciones de vida, como las líneas que veía formarse en los ojos de su mamá cada vez que reía. Como pequeños arco iris que habitaban su piel luego de una lluvia tempestuosa.
-Reíte mami! Quiero ver tus arrugas –demandaba insistente. Pero el rostro de su madre cobraba un aspecto lúgubre y áspero; y todo lo que obtenía era una mirada desdeñosa que la entristecía profundamente.
Un día dejó de demandar, mucho antes de entender que esa rigidez, que esa angustia, poco tenían que ver con ella y con su dificultad de caminar.
Para ese entonces, cansada de caerse, ya se había comprado un bonito bastón, colmado de espejos y de piedras preciosas, que utilizaba cuando sentía que sus piernas se aflojaban. Eso no ocurría siempre, ciertamente no cuando bailaba, cuando escribía, cuando reía desde el fondo de su ser, ciertamente no cuando estaba con él; ahí sus piernas se aflojaban pero no era lo mismo, ya no buscaba equilibrio, buscaba enredarse en su piel y desaparecer para siempre en ese revoloteo de manos y almohadas y sábanas y olores que no se iban.
Y sí, eventualmente, pasó lo que tenía que pasarle (porque siempre estas cosas le pasaban a ella). Se dio cuenta que desde allí arriba las caídas dolían más.
Y cada vez le pesaba más caer. Llegó a pesarle tanto que en un momento dejó de concebir la vida sin su bastón (el cansancio hacía que pierda el equilibrio… y ella estaba agotada). Dejó de bailar también, porque, después de todo, ¿a quién no le incomoda bailar con un bastón? Había olvidado que cuando bailaba no lo necesitaba. Había olvidado que una vez había adorado esas marcas de arco iris sobre su piel.
* * *
Si pudieras verte, tan bella, tan llena de colores como yo te veo.
Cierro mis ojos y tiendo la red. Para que saltes, para que rías, para que llores, para que bailes, para que escribas, para que caigas de nuevo…
Porque caer es tan cierto como la vida y la muerte. Nosotros, en cambio, somos mucho más que eso.
Tus amigos ególatras & Lerinha (encarnando a “Tus amigos ególatras”).
Hay algo de sincronicidad en nuestro encuentro, algo de telepatía, algo de mística quasi religiosa, porque la religiosa la dejé atrás. Aún recuerdo a esa niña que se confesó una vez por matar mosquitos, la recuerdo sentada en el baño en medio de una conversación unilateral, pidiéndoles que se alejen. A esa niña le faltaba contacto con la naturaleza, a ese cura tacto. No lo culpo. Era imposible verla con los ojos cerrados, yaciendo en su rincón; caminando con su correa y su perro patín inanimado, cantándole canciones de cancha, entonando una despedida; armando su bolsito y huyendo de su casa cual hormiguita viajera, a llorar a la esquina, como si supiera que alguien la iría a buscar. Y alguien siempre la iba a buscar (aunque no sin antes hacerla esperar un buen rato).
Me pregunto donde quedó la magia, sin verla justo enfrente mío... Está en esta ventana y me hablás a través de ella. Me decís que sin química no hay magia, que yo la detono…Y entonces te digo que tenés razón, que la magia simplemente se da. Se da entre nosotros y entre nosotros y unos pocos otros se da. Y hablamos capicúa y vos hablás con la ñ… y qué? Gute siempre está.
Reviso mi e-mail. Su respuesta me inunda en esta noche que quiere dormir, quiere trabajar pero no quiere… quiere algo más. “Te adoro Amiga del Alma...de la vida..de la risa...de veranos...de confites!”
Como el brillo de las estrellas que se abre por detrás de una noche nublada, así se anima el perro, viaja la hormiga, revive el mosquito, se desnuda la magia de sabernos conectados, donde sea que estemos.
Y volviste al 2005, tres años y varios meses después. Y volví al 2005, Desde otro lugar Pero el mismo día.
No debería extrañarme... y sin embargo me sorprende cada vez. Hay momentos que está bueno disfrutar cuando se dan.
Y lo sé, si hubiera estado allí probablemente nos habríamos reído juntas. Tal vez estaba allí, como estoy acá... Tal vez estás acá, notando lo mismo que yo al volver sobre esas páginas que alguna vez fueron tan mías. Vos sabés lo que se escribió allá, ¿verdad?
Tal vez acá estás, riendo un poco conmigo. Esa risa sarcástica que se reduce en un ja.... nada más que un ja y una ceja levantada. Y sólo de vez en cuando explota, deviene en algo más.
La guerra es a la prohibición de matar lo que el casamiento a la prohibición del sexo.
-Nadie dijo que sería fácil- repetía para sí mientras observaba la imagen distorsionada de quien podría ser. Ella. Su deseo por esa mujer había estado siempre por encima de todo lo demás. Comprenderlo ahora era como enfrentarse de lleno al motivo por el que se había empeñado en no alcanzarla.
Uno no puede solo. Es un hecho. Maltrecho el camino de la soledad, siempre duelen los pies tarde o temprano. Sin apoyo no es divertido. No es tan bueno si no es compartido, en algún momento. Nadie dijo que sería fácil.
Él. Se creyó que podía volar. Y su caída fue estrepitosa aunque no se elevó casi nada del suelo. Mirando en donde no, estando en donde no pertenecía, la verdadera vida pasó ante sus ojos. Lecciones, experiencia. Así es vivir. No es bueno aferrarse a anclas para no ahogarse. Es bueno tomar las experiencias para seguir adelante. Decisiones, nada está garantizado, el que no arriesga no gana. Así es la vida.
Empezaba a creer en la sincronicidad. A confiar en eso que me hacía pensar en vos, a darle un lugar, a darte un lugar... a creer sin preguntar en la existencia de ese espacio, más allá de mí, a pesar de mí. Y de repente lo vi:
Si quieres encontrarlo, lo harás en todas partes. When your mind becomes obsessed with anything, you will filter everything else out and you will find it everywhere.
Mi certeza se redujo a un abismo de sinsentidos. Y ahí estaba yo, contando los 216 peldaños que me alejaban de la planta baja, caminando los 216 pasos de mi casa hacia el trabajo, y del trabajo a casa, sintiendo los 216 latidos que le tomaba a mi corazón escuchar esa canción, lamentando las 216 razones por las cuales nunca podría haber un vos y yo.