
Aún en las repeticiones, teníamos plena conciencia de que ya no éramos los mismos.
Y esa certeza de que nadie nos quitaría lo bailado, ni el placer de volver, distintos, a nuestros cambiados amigos; constituía un motivo más que suficiente para reír, bailar, saltar, brindar, abrazar, besar, habitar, volver...
Leri.-
0 comentarios:
Publicar un comentario