martes, marzo 17, 2009

Impresiones de Chile 3: Vocabulario

Los chilenos, no sé si todos, pero todos lo que conocí, manejan un idioma aparte. No es como la diferencia idiomática entre España y Argentina, la diferencia con el chileno es muchísimo más marcada. Entonces, hasta la frase más ingenua poseía neologismos para mis oídos. Leri me recomendó sacar las palabras por contexto, lo que Leri no entendía era que tampoco yo entendía el contexto.

Frase: “A mi madre la echaron de Lapega” yo pensaba hasta ese momento que Lapega era el nombre de una empresa, por contexto... (es más pensé debe ser una mega multinacional porque todos trabajan ahí) Pero no, pega es laburo en términos más generales (tardé varias “pegas” en entender esta generalización).

La chucha: la traducción más rápida era mierda. “A la chucha” equivale, para mí, a decir “a la mierda.” Sin embargo hay expresiones como “sacar la chucha”, que a mis oídos sonaba medio mal, pero con aclaración del contexto y una traducción inmediata supe que era “cagar a golpes”.

En general la conjugación del presente del indicativo en la segunda persona del singular termina en i: “cachai”, “comprai," “andai”, bastante simpático y sin mucha dificultad. Es como nosotros, los argentinos, que en vez de decir “me entiendes” decimos “me entendés”. Sin embargo, no todo es tan sencillo como parece. Algo rarísimo ocurre con esta regla y el verbo correr. En argentino uno diría “corrés”; ellos dicen “corrí”; con lo cual la primera vez no sabía si hablaban de mí (es decir que yo era su “vos”) o el interlocutor hablaba en pasado refiriéndose a él mismo.

Cuatico: no es acuático, es cuático. Es un adjetivo que puede usarse tanto positiva, como negativamente. Es un adjetivo que marca extremos, como el uso del “zarpado” en buenos aires, algo parecido. El problema es que yo nunca sabía si se trataba de algo positivo o negativo, sólo supe que era algo extremo; así que después de escuchar la palabra cuático me quedaba siempre con la duda, así que por las dudas, preguntaba o me quedaba callada, esperando entender el contexto. Hubo una pista que saqué por contexto, “muy cuático” es positivo casi siempre y “cuatico” solo en general es negativo…todo es a menudo, nunca es siempre en Chile…lo único que puedo decirles es que cuando regresé a buenos aires y vi sus ojos de nuevo en detalle, ya no me parecían (como antes de viajar a Chile) bonitos, hermosos, sus ojos eran ahora para mí “muy cuáticos” y se lo dije y aunque no sabía nada de chileno, creo que me entendió, por contexto.


Agustina Saubidet


PD: Estos detalles de la lengua castellana chilena son a modo de ejemplo, hay que multiplicarlos por la extrema cantidad de neologismos que utilizan. He omitido aquí la declinación del término wuvada y sus derivados, qué son mucho y que hasta la fecha no puedo ni explicar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo como mexicano me quedo a medias en este babel castellano. El chucho y la chucha.
¿Es un sergio que sale con una llamada segismunda? ¿Es un perro chiquito que acaba de defecar? ¿Son dos seres insignificantes? ¿Es un comentario sobre un baño público? Escatológicamente. Yo.

Bizomáticas dijo...

Mauri, menos mal que estuvo Leri al lado para aclararme el mensaje. Me acabo de dar cuenta de que el mexicano es peor que el chileno. Lo que pasa es que aún no he ido a mexico, cuando te vaya a visitar, me parece que voy a escribir 20 libros de viaje sólo de vocabulario.
Un abrazote. Gute