domingo, septiembre 12, 2010

Textos antaño, fragmentos sueltos en el tiempo

Volvía al taller de escritura y con esto, a darme cuenta que la temporalidad de mis relatos está afectada, no se sábe desde dónde hablan los personajes. Todo futuro que se expresa como presente va perdiendo credibilidad, me dijo Staffo y pensé en el tiempo, que en mis relatos está en pasado del pasado del presente, y también el presente todo mezclado. Ordenando la compu encontré pedazos de cosas que nunca terminaron de ser algo, por algo son fragmentos, para mí muy bellos e intensos, de épocas bastante distantes y él sólo hecho de publicarlos, los libera siempre del pensamiento y tal vez los ponga en conexión. No sé...

tengo fotos en mi cabeza de vos, fotos que ni una cámara puede captar, porque son fotos para mí, fotos que quedaron impresas en mi cuerpo, imborrables, borrachas, tiernas, fotos movidas, extremadamente nítidas, en sepia, en blanco y negro y en color, ese color que entra de madrugada, con los pájaros que cantan para decir que todo está terminando, pronto.

y éramos tan oscuros, dijiste

Y tu espalda

la curva de tu espalda

vos, cerrando la persiana

caminando casi sin tocar el piso

como poniendo los pies de costado sobre el empeine

un poco volando, un poco porque tenías frío

ah y cuando sonaba el despertador

que BELLAMENTE

sonó muuuuuchas veces, siempre

y cada vez que sonaba, yo lo adoraba

porque te tenias que dar vuelta a apagarlo

y por entre la rendijas de la persiana

entraba una luz que te sentaba tan bien

tu cuerpo blanco azulado

y una sombra negra, alrededor

y cada vez que lo apagabas

volvías a besarme el hombro

por eso amaba al despertador

y te amaba tanto a vos

y pucha, también me amaba tanto a mí, por amarte así

Devenir cerro, devenir Guatemala, Cuzco y en ese instante yo devenía en vos y vos en mí, y me sacaste una sonrisa espontánea, esa que no sale nunca, y te supe cerca, amante rival amigo, y pensé en el paraguas y en sus puntas cruzada que no indican el norte y pensé que no quería salir del concepto (menos debajo del plano) y llegué a la esquina y es tan difícil manejarlo e intuyo que será difícil siempre y que habrá que acostumbrarse a sentir así, porque sé que vos lo sentiste también y lo sé simplemente porque sino yo no lo hubiera sentido tampoco y lo sentiste, claro vos también, el devenir cierro dijimos, sentiste el devenir cerro tocándonos la pera con la mano izquierda, a lo argentino, y sonreímos y el paraguas era quizás el plano y no sé por qué mientras caminábamos hacia la avenida, pensé en el paraguas, conejillo de indias, mientras caminábamos pensé en el paraguas, paraguas placebo, paraguas planos… y el viento en contra siempre y nosotros sobrevolando el plano, siempre también, detrás de él nosotros concepto, y lo sentí en el cuerpo y en el devenir cerro y Deleuze tenía razón, cuerpos sin órganos, ese concepto que ni Guattari ni él podrían explicar por separado y tal vez tampoco juntos, y que pena que se haya ido, tanta pena como salir del paraguas.

Gute

2 comentarios:

sonoio dijo...

escritura filosófica pura del amor
gute pura y dulce

bellísimoa

beso

Bizomáticas dijo...

otro beso