tengo fotos en mi cabeza de vos, fotos que ni una cámara puede captar, porque son fotos para mí, fotos que quedaron impresas en mi cuerpo, imborrables, borrachas, tiernas, fotos movidas, extremadamente nítidas, en sepia, en blanco y negro y en color, ese color que entra de madrugada, con los pájaros que cantan para decir que todo está terminando, pronto.
y éramos tan oscuros, dijiste
Y tu espalda
la curva de tu espalda
vos, cerrando la persiana
caminando casi sin tocar el piso
como poniendo los pies de costado sobre el empeine
un poco volando, un poco porque tenías frío
ah y cuando sonaba el despertador
que BELLAMENTE
sonó muuuuuchas veces, siempre
y cada vez que sonaba, yo lo adoraba
porque te tenias que dar vuelta a apagarlo
y por entre la rendijas de la persiana
entraba una luz que te sentaba tan bien
tu cuerpo blanco azulado
y una sombra negra, alrededor
y cada vez que lo apagabas
volvías a besarme el hombro
por eso amaba al despertador
y te amaba tanto a vos
y pucha, también me amaba tanto a mí, por amarte así
Devenir cerro, devenir Guatemala, Cuzco y en ese instante yo devenía en vos y vos en mí, y me sacaste una sonrisa espontánea, esa que no sale nunca, y te supe cerca, amante rival amigo, y pensé en el paraguas y en sus puntas cruzada que no indican el norte y pensé que no quería salir del concepto (menos debajo del plano) y llegué a la esquina y es tan difícil manejarlo e intuyo que será difícil siempre y que habrá que acostumbrarse a sentir así, porque sé que vos lo sentiste también y lo sé simplemente porque sino yo no lo hubiera sentido tampoco y lo sentiste, claro vos también, el devenir cierro dijimos, sentiste el devenir cerro tocándonos la pera con la mano izquierda, a lo argentino, y sonreímos y el paraguas era quizás el plano y no sé por qué mientras caminábamos hacia la avenida, pensé en el paraguas, conejillo de indias, mientras caminábamos pensé en el paraguas, paraguas placebo, paraguas planos… y el viento en contra siempre y nosotros sobrevolando el plano, siempre también, detrás de él nosotros concepto, y lo sentí en el cuerpo y en el devenir cerro y Deleuze tenía razón, cuerpos sin órganos, ese concepto que ni Guattari ni él podrían explicar por separado y tal vez tampoco juntos, y que pena que se haya ido, tanta pena como salir del paraguas.
Gute
2 comentarios:
escritura filosófica pura del amor
gute pura y dulce
bellísimoa
beso
otro beso
Publicar un comentario