-¿Por qué sistemáticamente rechazás las cosas que te ofrezco?
-Yo no las rechazo, simplemente porque vos no me las ofreces. Fueron cosas arrojadas y las cosas arrojadas son del viento; puede agarrarlas cualquiera; y yo, en ese sentido, prefiero cedérselas a otro.
-Yo no arrojo las cosas, tal vez las dejo caer
-Las dejás caer como si no te importaran. Es lo mismo que arrojar.
-Y aún siendo así ¿por qué las rechazás?
-No las rechazo, simplemente no las agarro.
-¿Y por qué no las agarrás?
-Porque son del viento, te dije
(pero intuyo que jamás lo entendió)
Gute Saubidet diálogos entre la racionalidad y la poesía, entre el ingeniero y el bricoleur.
2 comentarios:
Hay veces que la gente no comprende por qué no estamos satisfechos con sus sobrasa, con la basura que desechan o con aquello que de plano no quieren. Está bueno reciclar, pero no esas cosas. Hay relaciones en las que se tiene que dar de corazón y no sólo se debe esperar que alguien valore lo que nosotros desechamos.
uff Luja, si fueran varios en este planeta los que pensaran así, intuyo que la cosa mejoraría un poco. no se si mucho, un poco.
Beso
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