domingo, noviembre 01, 2009

El arte y la locura

El viernes, fuimos con Diego al Colectivo 448, dispuestos a hacer un corto sobre la situación del sistema de salud mental en la ciudad de Buenos Aires. Más allá de mis labores periodísticas improvisadas (porque mientras Diegocamarógrafo filmaba, a mí me tocaba, por descarte, ser la chica micrófono quepreguntacualquiercosaacualquiera, rol que debo confesar pude sortear no sin atravesar cierta gran incomodidad). Sé que escribir sobre el paréntesis generaría sin dudas un texto bastante cómico; pero la situación amerita que nos tomemos la cosa un poco más en serio (prometo escribir alguna vez sobre esta experiencia periodística con la cámara que hasta entonces nunca había hecho).Volviendo al tema, más allá de mis improvisaciones noteriles desvergonzadas, tuve la sensación de que nadie puede hablar con certeza de la locura, salvo, claro, quien la habita (aunque no siempre).

Esa mirada extraña “del normal” que condena con prejuico la “anormalidad del otro” en general no está basada en una casuística concreta; es decir, no habla porque sepa; sino más bien, por todo lo que ignora. Frases como: “yo tengo un sobrino que se brotó hace unos años; pero en navidad comemos todos juntos y parece uno de nosotros, normal; es más, nos sentamos en la misma mesa para comer en las fiestas” (y ¿dónde querés que coma?, pensaba yo; pero bueno, una notera no debe pelearse con los entrevistados, sobre todo si es su primer nota; aunque debo confesarles que me dieron una ganas de usar mi ironía y decirle: Ah, ya sé quien sos, vos sos el que tiene un amigo judío y otro gay ¿no?). ¿Qué decir? Muchas veces preguntar a cualquier conlleva respuestas cualquiera, pero está bueno escucharlas para saber con que bueyes aramos).

La situación del Borda, del Moyano o del Alvear, por nombrar algunos hospitales públicos, es realmente paupérrima y si bien esto se ha agravado en los últimos años, las políticas de exclusión hacia los “locos” son realmente inhumanas. Hay quien ha comparado a los locos con los presos y no me refiero a Foucault, sino a Pablo, puestero de la plaza que acomodaba golosinas… “a los locos se los trata como delincuentes y no debería ser así” (y yo pensé: pero a los delincuentes, por cómo funciona el sistema carcelario, tampoco se los trata muy humanamente, ¿esto es justo?).

La realidad es que esta sociedad "tan avanzada" se la pasa creando muros: fronteras entre países, Berlin, Devoto, San Isidro (¿recuerdan?, ricos de pobres, no fue hace mucho, fue acá en Argentina, este año), como si un muro nos dejara tranquilos para no ver aquello que no es “bueno” ver y menos tocar; pero lo que queda invisibilizado detrás de esto (giles que se proclaman libres) es que los que creemos estar afuera, también estamos encerrados entre muros, sólo que no lo vemos o nos hacemos los tontos, o creemos que hay muros peores que otros (pero eso de lo cual necesitamos distanciarnos también habla de nosotros, aunque miremos para un costado).

En la tardecita del viernes, tuve la oportunidad de hablar con una de las personas que organizó el frente de artistas del hospital Borda. Hablamos de muchas cosas, del colectivo social, de las instituciones, del reconocimiento y en un momento le pregunté cuál era para él la relación entre el arte y la locura (este fue el tema que originó estas líneas); me dijo: “el artista pasa por momentos de locura, que son como pozos, donde la creación no viene, pero son momentos; el loco en cambio, vive en ese pozo casi todo el tiempo y rara vez puede salir. El arte muchas veces los ayuda a poder hacer algo con eso que les pasa” (obviamente esto no es textual, sino una idea que quedó en mi memoria de esa charla).

Mientras volvía a casa, me fui pensando bastante en todas las entrevistas, me quedaron varias ideas y una pregunta: ¿locos no serán aquellos que no se animan a crear o los que perdieron las ganas de hacerlo?

Locos somos todos, incluso los que pensamos que armando muros se está seguro.

Loco también es aquel que ya no sueña.


Voy a comentarles una frase más de una persona que entrevisté también el viernes, en el colectivo, en la plaza, un “loco”; pero de esos locos que la gente “normal” dice que es “loco”, un paciente del Borda que aprendió, gracias a los talleres del hospital, el oficio de armar bolsas con papel: “nunca había hecho esto en mi vida, es más, nunca creí que podía hacerlo”.

El ”sano” es, sin dudas para mí, aquel que se anima a hacer eso que nunca creyó que podía hacer- ser…

Todos le tenemos miedo a la locura, incluso yo, pero algo se puede hacer con eso, siempre.

Los dejo con una última frase que escribí allá por el 2002:

"Los prejuicios son las cicatrices (en nuestro propio rostro) de los miedos de otros".

Y hoy agrego: lo que genera el prejuicio es casi siempre el miedo a lo desconocido… Estar encerrados siempre en el mismo lugar ¿miedo a perder la seguridad de lo que “tenemos”, de lo que somos o dicen que somos? O miedo de salir y mirar para atrás y darnos cuenta, ¡cuánto tiempo de nuestras vidas hemos perdido mientras estábamos encerrados, muertos, locos...¡eso sí que era una locura!; pero de eso, sólo puede hablar el que salió del encierro y se animó a hacer otra cosa con eso que pasaba adentro.


Agustina Saubidet

4 comentarios:

Bizomáticas dijo...

Quasilágrimas conmovidas, con una pizca de empatía, una cucharada de locura y otro tanto de indignación...
Q receta!
Ya no hay excusas en la ventana.

Excelente escrito, Guterinha.
De esos que llegan tan al fondo, que nos gustaría que fueran ficción.

En algo me recuerda a un texto inaugural que escribiéramos un tiempo atrás.
"Su locura condura cordura viene..."

Qué bueno compartir este espacio con vos!

Leri.-

Bizomáticas dijo...

¡qué lindo que estés! tan cerca, tan lejos, en este espacio.
Besotes.
Gute.

Diego dijo...

Que tal Gute??
Buena onda lo que escribiste
no estaría mal hacer una especie de resumen de eso y que lo grabes como reflexión audio (en función de una estructura a armar de las entrevistas) para darle un eje al video documental...
en las vacaciones nos comunicamos!
beso

Diego.

Bizomáticas dijo...

Buenísimo Dieguin! ¿cómo venís con la edición del video? Dale, cuando termine el cuatrimestre nos comunicamos y vemos qué del texto tenés ganas de usar. Beso!
Gute