Siempre que me mirabas
veía correr el tiempo
bajando por las piedras
que se parecían a los caracoles de mar
que cuando caminás te pinchás
como esa vez que el tiempo
me dejó atrás mirando en el cielo
el aurora boreal,
esa constelación que armás en mí
cada vez que te veo
como si fueras los pies de un alma
que bajó del cielo
Adriano y Gute, Buenos Aires, Musetta 19 de abril de 2009
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