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domingo, agosto 02, 2009

desde...hasta

Desde que estoy con él los días dejaron de tener números y las tardes pueden comenzar a las diez de la mañana. Las horas se inquietan, algunas duran segundos; otras, casi todo un día. Los hechos políticos más trascendentales se resumen a su presencia.

Sus yemas son como una lupa agrandando mi cuerpo hasta adquirir proporciones desmedidas; después me tapa con la colcha y espera a que me duerma.

Sus besos algunos son de barrio, otros de esquina, otros son besos bailarines. El que más me gusta es el beso de bienvenida, ese al que le sigue un abrazo y otro beso y otro abrazo bajo un te quiero tímido y un te extrañé con los ojos cerrados.

Desde que estoy con él los adjetivos son cortos y las noches muy largas. Los cigarrillos se consumen mucho más rápido. Los lugares que solemos visitar (nadie sabe por qué), son mucho más lindos. Los miedos se van superando despacio, casi sin darme cuenta. Me avergüenzo de quien soy cuando él no está y cuando lo tengo enfrente nada es vergonzante, ni su peor pecado, ni mi mayor pasado.

Desde que estoy con él, un color fucsia tengo pintado en mi dermis, casi nadie sospecha que tiene que ver con él y con el tiempo y con mi cuerpo y con sus besos y con plazas y las tardes.