lunes, mayo 18, 2009

Uno no se va...

No es sino hasta atravesar el temido y postergado momento del orden,
que uno comienza a irse.

Papeles gastados de tanto transportarse, con o sin sentido,
libros intervenidos y otros sin estrenar, cuestionándote porqué los trajiste,
monedas acumuladas en los confines de cada bolsillo, alahajero o rincón,
entradas que cual momentos contienen los rostros de aquellos con los que fueron compartidos,
piedras, testigos silenciosos que no mienten ni dejan espacio para el autoengaño;
Objetos diminutos, pequeños, medianos y grandes; rotos o funcionando; costosos y baratos;
Nada escapa al juicio que determinará si su destino es el de seguir acompañándonos en este viaje, esperar a ser rescatados (u olvidados) hasta el siguiente, o simple y sencillamente devenir desecho, aunque no sin antes ser despedidos.

Abro las puertas del clóset.
Cientos de despedidas en un solo cajón.

Decenas de cajones.

A la gente como yo siempre le falta tiempo para irse;
Por ello encuentro natural -y hasta predecible- que retrasemos el momento del orden.

Porque hasta que uno no se enfrenta a la montaña de objetos, recuerdos, vivencias,
Hasta que uno no realiza un balance que le permita determinar qué es lo que realmente quiere conservar,
y aquello que es mejor dejar atrás,

...hasta entonces,

UNO NO SE VA.



Leri.-
(ordenando, yéndome, casi volviendo...)

0 comentarios: