No sé cuántos problemas te trajo esto a vos. A mí me trajo varios enredos cerebrales, varios cuelgues, varias fantasías, varios odios, varios arrepentimientos, varios desbordes, pero sobre todo varios odios. Sería más fácil odiarme a mí misma, cerraría el círculo, pero como no puedo autoodiarme, te odio a vos, de varias maneras, o de todas.
Anoche mientras miraba las fotos, sentí que era uno de esos días decididamente problemáticos, esos de mate en la mesa ratona, sentada en el sillón, jugando con los almohadones, el control remoto (siempre con poca pila), jugando con las cartas, sin encontrar nunca las pantuflas, ensuciando las medias blancas sin que importe (nunca me importó, pero ayer menos que nunca); evitando ordenar la casa. No puedo ordenar mi casa los fines de semana, los fines de semana están hechos para otra cosa. Hace un tiempo, o rato, no sé me enredé, en otro tiempo los fines de semana estaban hechos para besarte y hoy, domingo, ya no sé. Tal vez alcance con escribirte.
Me llamó Fer, dice que acaba de terminar el presupuesto para el año que viene, que está cansado, que por suerte todo terminó. También lo nuestro terminó, pero Fer no lo sabe.
Me escribe Vale, me dice que está con alergia, que los árboles de Chile largan no sé que cosa que le hace mal, que no tiene obra social todavía, que no sabe qué hacer con la alergia; que Chile le gusta, a veces más a veces menos, que esta semana menos con el tema de las alergias y lo de la obra social (que la tiene enojada); pero que cuando pasea le encanta (no sé si la alergia, no sé si Chile, no sé si preguntarle). Me dice:
“igual no es dónde estés... vos sabés.... yo tengo que resolver algunas cosas...
creo que cuando las tenga resueltas cualquier lugar donde esté me va a parecer divine, y también estaré lista para partir
lo haga o no...”
Vale no sabe que estoy escribiendo, menos que la transcribo. Intuye creo que la extraño, pero no se lo digo mucho. Ella lo sabe, no sé si vos.
Agustina Saubidet (Gute)
viernes, octubre 24, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentarios:
Rutina rota, qué cómoda era. Después de un largo viaje en un tren de primer es un poco duro caminar. El hogar está donde está el corazón, el problema es que a veces el corazón se extravía, y seguimos avanzando, a veces retrocediendo. No sé. He descubierto que existen las raíces, aún para aquellos que creímos ser más libres que el viento. Los fines de semana son aterradores cuando no sabemos qué hacer con el tiempo o cuando de repente el interés de nuestros minutos decide hacer una carrera solista. No hay prisa, pero hay que recordar que se nos va la vida. A veces me da un poco de pena leer blogs. Ojalá todos fueran literatura, pero a veces, como en las bromas, la verdad se asoma, y otras son diarios íntimos que se hacen públicos de manera electrónica. Yo es otro.
Publicar un comentario