lunes, mayo 19, 2008
Recuerdo de la tumba de Cortazar
A los grandes amores muertos, a ningún lado puede llevárseles flores. Pero a Cortazar, sí. Él tiene nombre y está enterrado junto a su mujer en Paris y la gente le deja cartas y caracoles y caramelos y tickets de metro. Casi nadie le deja flores…
"Me acuerdo que llovía y ya no se veía nada en el cementerio de Paris, tampoco había nadie que te buscara más que yo -Jim Morrison suele ser un tanto más popular que vos y esto te debe caer bien-.
Finalmente logré hallarte y te dejé como todos, como todos los que íbamos a verte, mi ticket de metro y una carta, que claro, no creo que puedas leer a menudo -debe ser difícil salirse de una lápida tan pesada-.
El guarda del cementerio me dijo que cada tanto tiene que limpiar tu tumba porque siempre está la llenan de porquerías…¡Ay! si vivieras… seguro el guarda entendería que no son porquerías; que de noche los cronopios, cuando tienen insomnio, las toman prestadas y llenan sus casas con los que ellos llaman “nuevos adornos” que cuidadosamente colocan en la biblioteca, en el baño o en la mesa de luz y en época de crisis las venden en una feria americana baja el nombre de “recuerdos de la tumba de Cortazar” que las famas compran a elevados precios para regalárselas en Navidad a algún pariente o esperanza, cuyo nombre ni recuerdan". Gute Saubidet
Gracias nuevamente a Natalia L, por haber ilustrado este posteo. http://www.flickr.com/photos/11245707@N03/
Etiquetas:
agustina saubidet,
cementerio,
Cortazar,
cronopios,
famas,
gute,
gute saubidet,
muerte,
tumba
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
un saludo, recién veo tu mensaje!
Ay, Julio. Sabés, escribí un post sobre Quilapayún, en el que tenía que ver Cortázar y lo colgaron en su página.
al parecer Julio tiene mucho para ser hablado, que buenas tus fotos. Nuevamente gracias, Gute
Publicar un comentario