viernes, enero 20, 2006

Oda a Oscarin


Las mejores excusas suelen simular su opuesto.

Así fue que me perdí, no en tus ojos sino en los míos propios que no tenían más que vacío para refractar.
¿Acaso existe algo más prometedor que la imposibilidad de ser llenado?

A fin de cuentas, para recordarte, me queda el cuadro de una gran masturbación.
Una lista de saberes que ignoran el porqué del miedo en que se fundan. Comandos de una mente que juega sus viles traiciones y tornan sensaciones en sentimientos. Y te vuelven importante, pero no.

Este dolor le pertenece todo a ella. Es tan ajeno a la vida como a la muerte porque no es más que otra forma de la nada.

Contigo aprendí a enamorarme de nadie, pero creo que ya lo sabía.
Creo que yo te creé, y ahora es mi momento de dejarte ir.


Lery.-

1 comentarios:

Bizomáticas dijo...
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