Intrincado laberinto de palabras, perlas perdidas encontradas en la madeja. La aguja del pajar que pica y que por eso es encontrada. Obra de arte que gratifica a quien la descifra, aunque no estoy seguro de entender lo que quien escribió quiso decir o si me apropio las palabras según mi visión y existencial experiencia (eso dicen que es arte). Un exótico viaje verbal que conduce a buen término, con paisajes de asombro. Provocando contagio de estilo, que no queda más que como magro intento. Todo para expresar mi agradecimiento.
Mauricio
domingo, enero 01, 2006
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